Se les conoció como Schubertiadas a los encuentros informales que se dieron en el siglo XIX en torno a las magistrales composiciones del músico austríaco, que sin embargo murió sin editar ni estrenar ninguna de sus obras ante grandes públicos. El 29 de mayo en el Teatro Aula Magna, los 13 miembros del elenco coral Usach le dedican un concierto que también sumará obras de Schumann y Mertz.

Schubertiada retratada por el artista Julius Schmid en 1897. En el piano, Franz Schubert.

En estricto rigor, Franz Schubert (1797-1828) no tuvo reconocimiento alguno por su obra en vida, nunca editó ni estrenó ninguna de sus piezas musicales oficialmente y siempre vivió bajo la sombra de Beethoven. Sin embargo, el compositor nacido en Viena formó un grupo de amigos y seguidores incondicionales, quienes se reunían periódicamente a escuchar sus partituras en encuentros informales, conocidas como Schubertiadas y que a la larga, tras su prematura muerte a los 31 años, lo harían famoso.

Compositor prolífico y gran cultor del género romántico, Schubert fue un genio en la creación de lieder, breves composiciones para voz y piano que fueron el antecedente de la canción moderna. Se dice que sólo en un año, entre 1815 y 1816, el músico llegó a componer 150 lieder, todas de una altísima calidad. También, se destacó por ser un gran soprano, integró el coro de la Catedral de Viena y fue alumno de Antonio Salieri, el gran rival de Mozart, pero en 1813 la voz le cambió radicalmente y debió dejar el canto para siempre.

El 29 de mayo, a las 19.30 horas, en el Teatro Aula Magna, el espíritu del compositor vienés volverá a la vida con Schubertiadas, el concierto que los 13 miembros del Coro Madrigalista Usach le dedicará a su figura con un repertorio donde también se oirán obras de Robert Schumann y Franz Kasper Mertz, ambos músicos seguidores del estilo de Schubert.

El Coro Madrigalista Usach se formó en 1980. foto: Marco Avilés.

Entre ellas se cuenta “La Pastorella al prato”, para coro masculino y guitarra, y “Auf dem Flusse”, de Schubert; “Liebesbotschaft”, pieza de Schubert, transcrita por Mertz para guitarra; y “Der Wassermann”, romances para voces femeninas op.91, de Schumann. De este último se interpretará también “Zigerneuleben” donde participará todo el coro madrigalista y en el piano estará Pedro Urrutia. Las intervenciones en guitarra están a cargo de Miguel Álvarez.

“Schubert fue un tipo bohemio, de muchos amigos, y existía la tradición de reunirse en su casa o en tabernas a tocar sus composiciones, una tradición que se mantuvo incluso después de su muerte”, explica Rodrigo Díaz, director del Coro Madrigalista.

Vidas trágicas
Formada en 1980, el Coro Madrigalista es una agrupación profesional que consta de 12 miembros, quienes interpretan un variado repertorio que abarca cinco siglos de música. “Si bien hemos puesto siempre el acento a la música renacentista y barroca, también interpretamos repertorio contemporáneo de los siglo XIX y XX”, explica Díaz. “En este concierto se podrá ver la versatilidad de nuestro coro, ya que las piezas de Schubert permiten realizar una interpretación más de cámara. Varias piezas serán interpretadas por grupo pequeños de seis cantantes acompañados de guitarra o piano, también cantarán a capella y en muchas se podrán lucir nuestros solistas”, agrega el director.

Afiche del evento del 29 de mayo.

Si bien la carrera de Schubert floreció y se desarrolló al alero de estas veladas nocturnas y con la compañía de amigos artistas, poetas e intelectuales, quienes lo impulsaron a continuar su trabajo; la vida bohemia de alcohol y mujeres en exceso le terminaron por pasar la cuenta. El músico contrajo sífilis, enfermedad venérea que debilitó su salud para siempre. Sin embargo en sus últimos años realizó sus composiciones más personales y melancólicas, muchas inspiradas en los poemas de Wilhelm Müller.

Tanto Schubert, como Schumann y Mertz tuvieron finales trágicos. El primero murió a los 31 aquejado de una fiebre tifoidea acompañada de gonorrea; el segundo – uno de los grandes compositores del género romántico- sufrió de depresión, intentó varias veces suicidarse y murió finalmente a los 46 de un colapso neurocirculatorio; mientras que Mertz -quien fuera considerado un genio de la guitarra sólo tras su muerte- contrajo tuberculosis y falleció a los 50 años.

El Coro Madrigalista está compuesto por las sopranos Carolina Grammelstorff, Fanny Leiton, Fanny Becerra; Elena Pérez, Solange Orellana y Marcela Maturana en los altos; los tenores Ricardo Gálvez, Claudio Contreras, Cristián Navarrete, Sergio Veas y los bajos Leonardo Aguilar, Nelson Durán, José Tomás Guzmán. Dirige Rodrigo Díaz.

Texto: Denisse Espinoza.

Coordenadas
“Schubertiadas”
Coro Madrigalista de la U. de Santiago
29 de mayo, 19:30 horas
Teatro Aula Magna
Av. Ecuador 3659, metro Universidad de Santiago
Entrada Liberada

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