La entidad que preserva el legado del compositor chileno acaba de dar a conocer cinco obras, elaboradas a partir de manuscritos que llevaban más de un siglo sin ser revisados. El objetivo es que diferentes orquestas puedan interpretarlas en sus conciertos, como la Orquesta Usach lo hizo en el disco Suite para pequeña orquesta.
La Suite para pequeña orquesta fue compuesta cuando Enrique Soro (1884-1954) todavía era un adolescente de origen chileno que se formaba en el Conservatorio de Milán. Despojado de sus otras partes, el segundo movimiento, el “Andante appassionato”, se convertiría luego en una de sus piezas más reconocidas. Por eso, un paso para revalorizarla como obra completa fue Suite para pequeña orquesta, el disco que Aula Records publicó en abril de este año con la interpretación de la pieza a cargo de la Orquesta Clásica Usach.
Ahora la Fundación Enrique Soro (FES) continúa esa labor de recuperación con la publicación de las partituras de la pieza, en una edición crítica a cargo de Nicolas Rauss, director titular de la Orquesta Usach, quien trabajó a partir de los manuscritos que resguarda la institución.
“Hace diez años, en Chile se escuchaban regularmente dos obras sinfónicas de Enrique Soro, los Tres aires chilenos y la Danza fantástica, y una obra para pequeña orquesta como el ‘Andante appassionato’. En formato más pequeño, se escuchaban no más de doce piezas para piano, violín y/o voz”, explica Roberto Doniez, presidente de la entidad. “El trabajo que emprendimos con Nicolas Rauss y la Orquesta Usach busca expandir ese horizonte sonoro, a través de las audiciones de su música para pequeña orquesta y de la creación de materiales que permitan la realización futura de conciertos con estas obras”.
Con ese propósito se publica no solo la partitura de la Suite para pequeña orquesta, sino también de otras tres piezas que conforman el disco: “Chanson triste” (1911) y las romanzas para voz y orquesta “Sovente penso…” (1907) y “Non m´ami più!” (1911).
A ellas se suma la partitura de la Suite para orquesta de arcos, escrita en 1905 durante la misma estadía en Milán. “Está estructurada también en tres partes y finaliza precisamente con la ‘Danza fantástica’, que se volvió icónica con el arreglo sinfónico realizado en 1928. La idea es sugerir a las orquestas que no poseen el formato de orquesta sinfónica que toquen la obra completa, actualizando a ese Soro que está dando sus primeros pasos como gran compositor”, indica Roberto Doniez.
El objetivo, dice el nieto del compositor, es que las partituras alimenten el rescate patrimonial que ha experimentado la música de Enrique Soro durante los últimos años. Con ese fin, próximamente se darán a conocer también sus Variaciones sinfónicas (1904) y las Impresiones líricas, para piano y orquesta (1908).
“Las primeras cinco obras están siendo editadas en su forma integral por primera vez y las otras dos tienen un estatus diferente: Variaciones sinfónicas comparte su origen en manuscritos, pero los de Impresiones líricas están desaparecidos, así que se trabaja desde una edición casera que fue realizada por la Universidad de Chile, entre los años 50 ó 60”, detalla Doniez.
¿Cómo se elabora una edición crítica?
Las partituras son una herramienta cotidiana para los músicos, pero desconocida para la mayoría del público. A través de ellas se conocen no solo los elementos básicos de una obra, sino también una multitud de detalles que la integran. Por eso, transcribir un manuscrito no es suficiente y debe ser revisado a partir de diversas fuentes. Solo luego de eso, la partitura puede ser leída y abordada por un solista o por una orquesta completa.
En esta ocasión, ese proceso estuvo en manos de Nicolas Rauss, quien ha dirigido la música de Enrique Soro al frente de la Orquesta Clásica Usach y es productor artístico del sello Aula Records. Su rol lo explica de esta forma: “Componer es una tarea que puede avanzar con entusiasmo. Es como cuando escribes un texto, lo revisas varias veces y no ves un error que otra persona nota a la primera. A veces son cosas obvias o incoherencias. Por ejemplo, puede haber un acento en un momento de la obra, luego vuelve el mismo pasaje y no está ese acento. ¿Por qué? Puede ser un olvido, entonces el editor lo repara. Pero si hay una duda, uno toma una decisión y lo honesto es informarlo al lector con una nota al pie, por ejemplo”.
Es el caso de las ediciones críticas de Enrique Soro a cargo de Rauss. Además de revisar detalles, hizo elecciones que son explicadas en la publicación: “En una partitura, por ejemplo, había menos indicaciones de dinámica que en las partes para cada instrumento. Después vi una versión para piano y canto de esa misma obra y tenía cosas distintas. Ahí tuve que hacer una evaluación para imaginar cuál sería la decisión del compositor. Hay que tratar de ponerse en su piel y, naturalmente, un buen conocimiento de la obra ayuda a la decisión”.
Para el director de la Orquesta Usach, se trata de un proceso que tiene dos etapas: “Primero, que las cosas sean coherentes en la partitura, para que alguien pueda tocar y suene bien. Luego hay que informar, para que un lector futuro pueda saber cómo era el original y tener la libertad de tomar una decisión distinta al editor”.
En formato digital
La edición crítica de las partituras de Enrique Soro se encuentra disponible a través de la Fundación Enrique Soro, que próximamente publicará su sitio oficial. Por ahora, es posible contactar a la institución en el correo fundacionsoro@gmail.com.
Texto: Rodrigo Alarcón L.