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Orquesta Clásica Usach
La Orquesta Clásica Usach es una agrupación de tipo sinfonietta que, desde su creación en 1982, ha llevado los diversos períodos de la música clásica a la maravillosa acústica del Teatro Aula Magna de la Universidad de Santiago, ubicada en las dependencias de la ex Escuela de Artes y Oficios, hoy Monumento Histórico Nacional. Todas sus actuaciones son de acceso gratuito y es la única orquesta profesional con sede y actuaciones permanentes en el sector poniente de Santiago.
Habitualmente, sus programas incluyen obras de compositores chilenos clásicos y contemporáneos, algunas de las cuales han sido registradas en discos que se han publicado en formato digital, vinilo y CD, a través del sello Aula Records. Entre sus títulos más recientes se encuentran El Húsar de la Muerte (2020), con música de Horacio Salinas para el clásico cinematográfico del mismo nombre; y Suite para pequeña orquesta (2020), con obras de Enrique Soro. Desde 2022 es dirigida artísticamente por David del Pino Klinge.
Editorial
Por David del Pino, director artístico de la Orquesta Clásica Usach
El lenguaje de la música es universal. Frase conocida. Pero la validez de este enunciado se renueva en cada ocasión en la que los músicos interpretamos una obra nueva, de otras latitudes, de otros orígenes y cultura.
En el caso de una orquesta, si además el director invitado nos trae una partitura de su país… ¡qué mejor manera de conocer esta nueva pieza! Me refiero a la Bachiana Brasileira de Villa-Lobos, que el talentoso músico brasileño Tobias Volkmann dirigirá esta noche.
Joven aún, pero con una prometedora carrera por delante, Tobias encabeza una pequeña selección de directores extranjeros invitados a esta temporada 2022. Junto a él, la colombiana Paula Torres (formada en nuestro país) y el argentino Ezequiel Silberstein. Menciono también a nuestro ex director artístico, Nicolas Rauss, que -aunque latinoamericano de corazón- es nacido y formado en Suiza.
La posibilidad de alcanzar juntos resultados artísticos -que contienen belleza y humanidad- a través de esta mezcla de nacionalidades, idiomas y lenguajes musicales, es un privilegio que se da sólo en el contexto de nuestra profesión: la música orquestal.
Nos alegra que ustedes, nuestro público, puedan disfrutar el resultado de estos diversos “platos musicales”, suculentos en su variedad y enriquecidos por la mezcla de culturas.
Director invitado: Tobias Volkmann
Tobias Volkmann (Porto Alegre, 1977) ha desarrollado una destacada carrera en la escena musical brasileña y ha sido invitado a conducir más de 30 orquestas en Europa, Estados Unidos y Sudamérica. Fue Director Titular de la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal de Río de Janeiro y Principal Director Invitado de la Orquesta Sinfónica Nacional UFF, llamando la atención por sus actuaciones en el repertorio sinfónico, la ópera y el ballet. Con versatilidad, ha abordado desde la interpretación históricamente informada de la música del siglo XVIII hasta la música contemporánea, incluyendo el repertorio romántico y la música brasileña en sus diversas gamas.
En 2015 debutó en la Sala Gewandhaus de Leipzig como invitado de la temporada oficial del Coro y Orquesta Sinfónica de Radio MDR. Luego fue invitado a dirigir un gran número de orquestas, entre ellas, la Orquesta Sinfónica Estatal de San Petersburgo, la Orquesta Sinfónica Estatal del Museo del Hermitage, la Filarmónica de Pilsen, la Orquesta Sinfónica de Oporto Casa da Música, la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, la Orquesta Sinfónica del Sodre y Orquesta Sinfónica Nacional del Perú. En 2022 debuta con la Orquesta Metropolitana de Lisboa, la Filarmónica de Montevideo y la Filarmónica de Goiás.
En el Teatro Municipal de Río de Janeiro se dedicó especialmente a la ópera, las grandes obras sinfónicas-corales y el ballet. Con la Orquesta Sinfónica Nacional trabajó principalmente en la música de los siglos XX y XXI, con un enfoque particular en la música brasileña, y grabó tres discos de música contemporánea. Además, se ha dedicado a la Acción Social por la Música en Brasil, dirigiendo la Orquesta Sinfónica Joven de Río de Janeiro.
Solista: Diego Agusto
Diego Agusto Zambrano (Peñaflor, 1991) comenzó sus estudios de oboe a los 11 años, en el Colegio Don Orione de Cerrillos, y tuvo clases con la profesora María Cristina San Martín. En 2008 ingresó a la Universidad de Chile, donde estudió con Rodrigo Herrera, y terminó sus estudios en la Universidad Mayor, con Nadia Barbudo y Jorge Pinzón. También ha participado de cursos y clases magistrales con Néstor Garrote, Rubén Albornoz, Gordon Hunt, Alex Klein, Jaime González y Olivier Stankievich.
Ha sido becado por la Corporación de Amigos del Teatro Municipal de Santiago y reconocido en el Festival Internacional de Música de Santa Catarina, Brasil (2013). A lo largo de su carrera, ha tocado con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, Orquesta de Cámara de Chile, Orquesta Clásica de Talca, Orquesta de Cámara de Valdivia, Orquesta Sinfónica U. de la Serena, Camerata Andrés Bello, Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y Filarmónica de Santiago.
Actualmente es solista de la Orquesta Clásica Usach, que integra desde 2013. Junto a la agrupación, ha interpretado conciertos para oboe y orquesta de Ralph Vaughan Williams, Johann Sebastian Bach y Johann Quantz, este último junto a Jorge Pinzón, solista de la Filarmónica de Santiago. También es miembro del Quinteto de Vientos Usach. Además, es profesor en la Universidad Mayor, la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI) y la Orquesta Infantil y Juvenil de Rancagua; y director de la Orquesta Infantil Emilia Lascar Peñaflor.
Programa
Heitor Villa-Lobos (1887 – 1959)
Bachianas brasileiras Nº 9 para orquesta de cuerdas, W449
– Preludio
– Fuga
Richard Strauss (1864 – 1949)
Concierto para oboe y pequeña orquesta en Re mayor, Op. 144, TrV 292
– Allegro moderato
– Andante
– Vivace
– Allegro
Wolfgang Amadeus Mozart (1756 – 1791)
Sinfonía Nº 38 en Re mayor K. 504, “Praga”
– Adagio – Allegro
– Andante
– Finale (Presto)
Notas del programa, por Gonzalo Cuadra
Dos emblemáticos compositores, de fama y reconocimientos en su época, que unieron su momento contemporáneo con una profunda añoranza por el pasado. Siglo XVIII y 1945 parecen muy cercanos.
Heitor Villa-Lobos logró una fusión altamente personal. Desde 1930 a 1945 compuso sus famosas Bachianas brasileiras, nueve obras en las que reunió magistral e inusitadamente el folclore de su Brasil natal con estructuras formales de mediados de siglo XVIII, especialmente de la figura de Johann Sebastian Bach. De ahí el nombre de la colección. En particular, la Bachiana novena fue la última, se estrenó en Río de Janeiro en 1948 y se la conoce mayoritariamente en su versión orquestal. Consta de dos partes: un “Preludio” y una “Fuga” a seis voces, de textura contrapuntística rigurosa y notables dificultades rítmicas.
Al otro lado del globo y de los océanos, Richard Strauss se movió con soltura en dos mundos sonoros: la creación sinfónica y la pensada para el canto. Entre las primeras se pueden citar sus sinfonías, pero especialmente sus poemas sinfónicos, obras de despliegue orquestal, nacidas en plena corriente de una tradición germana de perfección en el manejo de la gran orquesta. Dentro del segundo grupo, el del canto, su creación se dividió entre canciones de cámara y sofisticadas óperas. Pensando así, en el trabajo orquestal y el canto de un solista, es lógico creer que compusiera conciertos para algún instrumento más el grupo orquestal. Si bien no son muchos y no es el repertorio más conocido de Strauss, ahí están, compuestos entre 1881 y 1948: para violín y orquesta, para piano y orquesta, para corno y orquesta, clarinete y orquesta, para oboe y orquesta de cámara. En particular, este último fue compuesto en Suiza en 1945 y se estrenó en Zürich al año siguiente. El estilo de esta obra cae en plena época neoclásica de Strauss, con reminiscencias de lo que fue su querido siglo XVIII. Sus tres movimientos se suceden sin pausa: un primer movimiento en forma de sonata, melódico y burlón, con una entrada del solista de gran exigencia técnica; un segundo también muy melódico; y un tercero en forma de rondó (forma emblemática del Clasicismo), de brillante ritmo de danza siciliana.
Y de aquel presente nos vamos a uno de esos momentos de admiración del pasado. Siglo XVIII y, por supuesto, Mozart. El Clasicismo tiene aquí su más grande nombre, el compositor que escribió en todos los géneros musicales de su momento y en todos logró niveles que sirvieron de modelo. En particular, la sinfonía -si bien en Haydn tiene más ejemplos- en Mozart consigue grandeza, novedad, sorpresa. Su sinfonía “Praga” corresponde a las últimas que compuso y debe su nombre a que fue escrita -en 1786- para esa ciudad, paralelamente a su Concierto para piano N° 25. Aquella ciudad siempre le brindará apoyo y grandes éxitos. Consta de tres movimientos: un primero majestuoso, luego luminoso y enérgico; el segundo -Andante- cromático y sinuoso, alternando tonalidades mayores y menores; un tercero lleno de inventiva, fuerza y vitalidad. Un ejemplo de sinfonía para ir cerrando el ciclo mozartiano y a las puertas del fin del siglo.
Un programa de concierto con el pasado mirando hacia el futuro y el futuro mirando con nostalgia el pasado.