La compositora habla de Despliegues, álbum que el colectivo Resonancia Femenina publicará junto a la Orquesta Clásica Usach y también incluye obras de Valeria Valle y María Carolina López. El registro será presentado en vivo este miércoles 7 de septiembre, con un conversatorio y un concierto en el Auditorio FAE Usach.

Katherine Bachmann. Foto: Rodrigo Mancilla.

Aula Records, el sello discográfico de la Universidad de Santiago, publicará este miércoles 7 de septiembre un nuevo disco: Despliegues, grabado por la Orquesta Clásica Usach y dedicado a tres de las cinco compositoras chilenas que forman parte de Resonancia Femenina: Katherine Bachmann, María Carolina López y Valeria Valle.

Fundado en 2012 en Valparaíso, durante la última década el colectivo se ha dedicado a visibilizar el trabajo de las mujeres en la música, especialmente en el campo de la composición. A través de su historia han convocado a diferentes artistas, publicaron un álbum homónimo en 2013, han organizado dos versiones del Festival Leni Alexander y en 2019 fueron premiadas por su labor en el prestigioso encuentro global de música clásica Classical:NEXT.

En el marco de la celebración de sus diez años de vida, ahora editarán Despliegues, que contiene tres obras: Caos (2008), de Katherine Bachmann; En todas partes (2021), de María Carolina López; y Ségnica (2021), de Valeria Valle. Todas fueron grabadas por la Orquesta Clásica Usach y dirigidas por el titular de la agrupación, David del Pino, a excepción de la primera, que tuvo a Nicolas Rauss en la dirección.

El álbum será editado en formato digital y en un vinilo de diez pulgadas y tendrá su presentación en vivo el mismo 7 de septiembre, a las 19:00 horas, en el Auditorio de la Facultad de Administración y Economía de la Usach (FAE). En la ocasión, habrá una conversación con las tres compositoras y la musicóloga Daniela Fugellie y un concierto del Cuarteto Vila, que abordará piezas de las tres autoras. La entrada es gratuita, previa inscripción en este formulario.

“El disco se llama Despliegues porque las tres obras reflejan distintos tipos de movimientos”, explica Katherine Bachmann. “Mi obra viene de un momento de inestabilidad intensa, en el que traté de representar en la música ese estado de conflicto interno que nos ocurre cada cierto tiempo. La de María Carolina López habla de un cambio de estado y de la vulnerabilidad humana, que se evidenció en la pandemia, y la de Valeria Valle se refiere al inicio de un gesto en el arte abstracto. Lo que tienen todas en común es el moverse de un estado a otro, pero cada una representa eso a través de lenguajes muy definidos”.

¿Cómo se nota que cada una tiene un lenguaje definido?

Por ejemplo, yo siempre tiro más al minimalismo. No es que me lo haya propuesto, pero mis obras siempre van hacia el minimalismo y se expresan en el desarrollo de melodías con acompañamiento, de una forma que viene mucho de la música popular. Soy bajista, he tocado en bandas punks y noise y me gustaba mucho esta música en paralelo. Muchas obras están inspiradas en canciones más que en otras piezas de música docta.

Valeria Valle está dentro de lo que todos llamamos “música contemporánea”, aunque sabemos que el término da para mucho. Estilísticamente es más experimental, usa técnica extendida y ha hecho un gran trabajo de experimentación y exploración con los sonidos, es muy buena en eso. Tiene una sonoridad de vanguardia, si se quiere.

María Carolina López viene del folclor, fue alumna de Margot Loyola, toca guitarra y viola, es directora de orquesta y esos dos mundos confluyen en ella. Fue integrante del grupo Las del Puerto, con otras dos folcloristas de Valparaíso que fueron discípulas de Margot Loyola, y las tres hicieron un trabajo grande de recopilación. Tiene un mundo muy rico desde ahí y con ella hemos aprendido mucho del folclor. La de ella no es música minimalista como la mía, pero tampoco es tan experimental como la de Valeria. Personalmente, la percibo como una música reflexiva y muy oreja. Hace una búsqueda muy bonita de los elementos musicales, de los motivos y las melodías.

 

María Carolina López, Katherine Bachmann y Valeria Valle. Foto: Rodrigo Mancilla.

¿Despliegues es una buena muestra de lo que ha hecho Resonancia Femenina como colectivo? ¿Puede servir como puerta de entrada a su trabajo, quizás?

Totalmente. Es interesante, porque hay una discusión sobre si las obras compuestas por hombres y mujeres pueden diferenciarse o parecerse de alguna manera. De repente se piensa que podría notarse un arte “masculino” o “femenino” si analizas autores anónimos, y en realidad la conclusión es que -más allá del género- depende de cada persona, de su historia, experiencias y sensibilidades. En realidad, creo que los temas de género inciden más en cosas de la vida cotidiana, no en la inspiración artística. Se podría pensar que en Resonancia Femenina hacemos un estilo de música y no es así. Es interesante estar en un mismo disco y mostrar que podemos hacer músicas muy distintas, porque somos personas distintas y nuestra música viene de distintas fuentes y experiencias. Cada cabeza es distinta y cada visión de la vida también es diferente. Eso se transmite a través de la música de cada una.

Sin embargo, un disco dedicado exclusivamente a compositoras es un gesto importante. ¿Qué valor tiene para ustedes?

Es significativo, porque hace muchos años que como mujeres -no solo en el arte sino en la sociedad- estamos tratando de abrirnos paso en una sociedad que es muy patriarcal. Actualmente también recibimos mucho apoyo porque ha habido un cambio de conciencia importante, sobre todo en las últimas décadas.

Es importante que sea un disco de puras mujeres. Todos estos esfuerzos, iniciativas de mujeres y por las mujeres, pavimentan un camino hacia la equidad en un futuro, emparejan hacia arriba las cosas que todavía no son iguales. Sentimos que estamos en un periodo de transición de la visibilidad de las mujeres en tanto artistas, en este caso, porque todavía hay mucho que reivindicar. Si uno ve los libros de historia, hay una invisibilización enorme y nos faltan referentes, ver qué hay más allá de Beethoven, Mozart y estos tipos que son geniales. A mí me gustan, pero también hubo muchas mujeres haciendo música y luchando por abrirse espacios. Para nosotras, todas estas iniciativas son importantes porque van sumando hacia una equidad futura, para mostrar que hay compositoras haciendo música y que podemos lograr una sociedad más equitativa en todas las áreas. No venimos a quitarles los espacios a los hombres que ya lo tienen. Todo lo contrario: queremos compartir esos espacios y que esto deje de ser tema, que sea normal.