El diseñador gráfico e integrante de una generación de creadores e impulsores de los carteles socio-políticos durante el movimiento de la Reforma Universitaria en la Unidad Popular, nos relata cómo vivió el 11 y 12 de septiembre en el campus como Director de Comunicaciones de la Secretaría Nacional de Extensión y Comunicaciones de Universidad Técnica del Estado; y el significado que tiene hoy la reposición de la muestra “Por la vida…¡Siempre!”, a 50 años de esta exposición y campaña que alertaba sobre los peligros del quiebre de la democracia.
Mario Navarro Cortés posee una larga trayectoria vinculada a la docencia, el dibujo, la gráfica y un fuerte compromiso con la comunicación de ideas. Su oficio comienza como profesor normalista, luego como estudiante de pedagogía en publicidad en el Instituto Pedagógico Técnico y continuaría con una vida profesional ligada exclusivamente a la Universidad Técnica del Estado. Profesor de Diseño en la Facultad de Educación en esta casa de estudios y diseñador en el Taller Gráfico UTE, Navarro también desarrolló el humor gráfico y político en emblemáticos medios como revista Topaze, Última Hora, Humor Hoy, Humanoide y La Época bajo la firma de Nakor.
En 1971 asumió funciones como Secretario Nacional de Extensión y Comunicaciones y a partir 1973 fue Director de Comunicaciones de la Secretaría Nacional de Extensión y Comunicaciones UTE, cargos que lo llevaron a consolidar su paso por este emblemático proyecto de educativo, y transmitir a nivel nacional el espíritu político y social del movimiento de la Reforma Universitaria impulsado por el rector Enrique Kirberg durante el gobierno de Salvador Allende.
En agosto de 1973 comienza a trabajar la campaña didáctica y política Por la vida…¡Siempre!, que sería enviada a todas las sedes de la UTE a nivel regional para alertar sobre los peligros de perder la democracia debido a la inminente presión del imperialismo norteamericano y de los partidos de derecha y extrema derecha que deseaban abolir el proyecto popular.
Sobre cómo enfrentó uno de los momentos más difíciles de nuestra historia junto a sus compañeras y compañeros de trabajo, la siguiente conversación refleja la importancia que tendrá para la comunidad UTE/USACH, ver – y en su tamaño real – la exposición antifascista. Hoy en 2023 a 50 años del golpe de Estado y en el lugar donde militares allanaron, bombardearon, detuvieron y asesinaron a personas comprometidas con una visión educativa a nivel nacional.
¿Cómo se empezó a activar la campaña en agosto de 1973?
Recibimos la petición que el rector Kirberg propone a los rectores de las tres Universidades de Santiago (U.Católica, U.Chile y Técnica del Estado) respecto a realizar una jornada antifascista. Tenía algunas ideas respecto de cómo enfrentar este tipo de actividad. En mi área y en un intercambio de ideas con Carlos Orellana, director de la Editorial de la Universidad, le planteo el propósito de hacer una actividad de orden didáctica. Con una comunicación claramente entendida a nivel nacional en 18 carteles, con textos que expliciten el momento que vive el país, a través de ideas cortas y puntos apartes. En cada sede (Antofagasta, Copiapó, La Serena, Talca, Concepción, Valdivia, Temuco y Punta Arenas) teníamos encargados de Extensión y Comunicaciones, por lo tanto comenzamos a dar forma a una exposición que se mostraría simultáneamente. Con el material redactado por Carlos, me reuní con Elías Greibe, sub-jefe del Taller Gráfico, quién debía resolver, distribuir y producir la impresión de los afiches. Encargamos a Pablo Carvajal Gnecco como diseñador de los carteles quien aplicó la técnica del collage y por otro lado Federico Cifuentes, una eminencia en el manejo de los espacios y la pintura a mano, director del Taller de Vía Pública, quien debía desarrollar gráficamente la exposición llevando los dibujos originales al tamaño de 3.80 de alto x 2.65 metros pintados a mano.
¿Cómo fueron los días previos al 11 de septiembre en el campus UTE? Fecha en la que iba a ser inaugurada la exposición.
Durante los últimos meses, la universidad tenía guardias nocturnos y había turnos de estudiantes, profesores y funcionarios resguardando el campus, por posibles ataques de Patria y Libertad, el Comando Rolando Matus y otros fascistas. Recordar que el campus estaba abierto sin rejas perimetrales. En cuanto a la exposición Por la vida…¡Siempre!, el 6 de septiembre ya estaba instalada en el frontis de la Casa Central y durante esa semana habíamos enviado a todas las sedes los sets de 18 afiches incluyendo las instrucciones para su montaje.
¿Cómo comenzaron a enterarse del golpe?
El 11 de septiembre en la mañana me llaman desde comunicaciones y me cuentan que atacaron la radio y ametrallaron los equipos. Desde mi casa en Cerrillos me fui a la universidad, al igual que mis compañeros a comprobar los daños y nos reunimos en el paraninfo donde el rector se dirige a la comunidad. A medio día de ese martes comienza el bombardeo a La Moneda. Pudimos ver los aviones, algunos estudiantes se subieron al techo de la Casa Central para observar. Hubo una orden de sentido común, donde se me indicó que debía dirigirme a la Escuela de Artes y Oficios con todo el personal de Extensión. Ya en la tarde noche nos refugiamos en el Teatro Aula Magna, específicamente bajo el escenario donde hoy se guardan los instrumentos de la orquesta. Con la universidad acorralada decidimos ocultar nuestras identificaciones partidarias, por seguridad. Durante la noche hubo disparos de fusilería e hirieron a nuestro fotógrafo Hugo “El salvaje” Araya, un ser humano extraordinario, un idealista, quien falleció esa misma madrugada asistido por Carlos Munizaga, su jefe y director del periódico Presencia UTE.
El 12 de septiembre para la Universidad Técnica del Estado fue el día que allanaron el campus, ¿Cómo lo viven ustedes?
El ataque a la Casa Central fue cerca de las 6 am y empezamos a sentir como tropas militares entran a la universidad. Escuchamos sonido militar, botas, cascos y balas en bandoleras. No eran jóvenes conscriptos, sino soldados de clase del regimiento Arica N°2 de La Serena, que ya no existe. Allanaron la Escuela de Artes y Oficios, nos obligaron a tendernos en el piso manos en la nuca, separándonos hombres de mujeres y nos llevaron a la cancha de baby fútbol. Nos hicieron sentarnos y el oficial Marcelo Moren Brito que estaba al mando, pidió que los alumnos extranjeros y todos los empleados de servicios fueran llevado a los patios interiores. Luego nos hacen pararnos y emplazan una ametralladora disparando por encima de nuestras cabezas un buen rato para amedrentarnos. Los conscriptos nos empiezan a ofrecer agua en sus cascos y traen a Osiel Nuñez, Presidente de la FEUT (Federación de Estudiantes UTE). Moren Brito dice “respeten a este estudiante es muy valiente”. Lo dijo, porque ya había sufrido dos simulacros de fusilamiento en el Patio de las Rosas y se había puesto delante de los militares para que no dispararan a la Escuela de Artes, por eso su valentía, de lo contrario hubiera habido una matanza.
¿Usted ese día 12 no fue llevado al Estadio Chile como varios de sus compañeros, cómo logró salir de la Universidad?
Fernando Balmaceda, Director de Cine y Televisión del Departamento de Comunicaciones, se acerca a Moren Brito y se presenta comentándole que está con los equipos de cine que son patrimonio de la universidad porque iba a filmar la visita del Presidente. Balmaceda era un realizador de alto nivel y grabó documentales para la Fuerza Aérea de Chile. Entonces Moren Brito le pide que haga una lista con todo su personal para que salgan libres, ahí es donde Balmaceda me incluye en la lista y fue así como salí de la Escuela de Artes y Oficios, “como cineasta” y no llegué al Estadio Chile.
Aunque pudo salir ese día, igual cayó detenido …
A fines de septiembre de 1973 la universidad intervenida militarmente hace un llamado para cobrar los sueldos, por lo tanto todos los que no habíamos caído vinimos ya que no teníamos dinero. Durante esa jornada, se me acerca un civil y me dice que lo acompañe a la Casa Central. Le paso el cheque a mi compañero Omar Rojas, jefe del Taller Gráfico UTE y seguí al militar de civil hasta la entrada de la Casa Central. Ahí me empezaron a pegar y me subieron a culatazos a la oficina del rector donde ahora estaban los oficiales. Cual película nazi me amarraron con cordones y alambres y con una amarra llamada “vietnamita” que te inmovilizaba todo el cuerpo hasta el cuello. Me arrastraron por el pasillo y fueron llegando otros directivos UTE como Ricardo Núñez Secretario General, Antonio Clemente Académico EAO, Felipe Richardson de planificación, Isamitt de perfeccionamiento del personal, éramos como cinco. Nos pegaron todo el día hasta la tarde cuando nos subieron a un camión maniatados hasta el Estadio Nacional, y a la semana siguiente, a la Penitenciaría.
¿De qué se les acusaba en la detención?
A Núñez y a mí nos acusaban de enfrentamiento a las Fuerzas Armadas el día 11 de septiembre en la UTE. O sea, íbamos a ser pasados a consejo de guerra, lista de autoridades que fue elaborada por los más fascistas de la universidad en contra de quienes teníamos militancia o cargos importantes.
¿Cómo sale de la Penitenciaría?
En el año 1974 los militares que estaban a cargo de la universidad declararon públicamente que el día 11 de septiembre en la Universidad Técnica del Estado no hubo enfrentamiento militar ni hubo matanza de estudiantes, porque en el exterior se hablaba de una gran matanza de estudiantes en el campus y se vieron obligados a desmentir. Ahí fue cuando el abogado de Ricardo Núñez presenta un escrito a fiscalía diciendo que la autoridad estaba declarando que en la universidad no hubo enfrentamiento, por lo tanto su representado no podía ser acusado de ese enfrentamiento. Entonces quedamos libres con firma semanal en los subterráneos del Ministerio de Defensa. Eso fue terrorífico.
Volviendo a la muestra. Graficar tan literalmente la violencia fascista en los diseños y en ese tamaño, fue también un acto de valentía y desesperación para abrirle los ojos al pueblo. ¿Cómo ve ese gesto artístico a 50 años? ¿Lo ha podido reconocer en otra institución o momento en Chile?
Vivíamos una etapa del país que era de cambios significativos, que nos interpretaba como personas, no a todos, pero a la mayoría. Estábamos viviendo la Reforma Universitaria como una forma de expresión de un movimiento político y social acorde a lo que pasaba en Chile. Por lo tanto, se concreta en este tipo de exposiciones y con claridad de cómo defendíamos al país, a los jóvenes, a los trabajadores y todos los habitantes de la patria. Esta exposición que hemos rescatado de manera fortuita, porque no se han encontrado más afiches, nos permite recrear ese vínculo de universidad reformada con el país, porque la muestra de 1973 está hablando hacia el futuro. Está advirtiendo de una tragedia y quiebre, ese es el planteamiento, la gran idea del rector Kirberg, la continuidad de este proyecto universitario. Quizás el cartel 18 lo plantea muy bien. Nosotros, la generación que trabajó en Extensión y particularmente en Comunicaciones, luchamos y vivimos con la reforma universitaria siendo funcionarios, una maravilla para un joven de ese tiempo, llevar a la práctica lo que uno soñó como estudiante.
¿Qué emociones le evocan la reposición de “Por la vida…¡Siempre!”? Considerando que políticamente estamos en un conflicto con el fascismo.
Primero es estar alerta, pero en términos personales, para mí el hito es de un reencuentro con la universidad. Hubo un quiebre histórico provocado por la dictadura que significó la eliminación de la condición de universidad nacional de la UTE. Cambian su nombre y transforman la universidad pública en una empresa más, igual que en todo el país.
A partir de la exposición en el Museo de la Memoria en 2011, todo lo que hemos creado con mis compañeros que trabajamos en Extensión y Comunicaciones de la UTE, nos ha permitido vincularnos a la Usach. Estamos haciendo memoria UTE y proyectando nuestra universidad al futuro para que las nuevas generaciones la conozcan. En 2013 para los 40 años del golpe participamos en la inauguración de la Sala Isidora Aguirre con una muestra de afiches e impresos del Taller Gráfico UTE. Editamos el libro “Enrique Kirberg, escritos escogidos”, entre el 2016 y 2018 la exposición se presentó en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos, en el Museo Bellas Artes, viajó al extranjero en formato postal al Museo Guggenheim de Nueva York y publicamos en 2021 con el Archivo Patrimonial el libro “1968-1973 Taller Gráfico UTE”, que pronto tendrá una segunda edición.
La culminación será montar la misma muestra de 1973 mediante una réplica digital, lo que nos alegra y nos hace ver el futuro de otra manera. Eso que tanto nos costó e hicimos con tanto cariño, entrega y vinculación a la Reforma, está llegando de nuevo. Entonces para todos los que trabajamos en la creación Por la vida…¡Siempre! en la Universidad Técnica del Estado es muy importante.
Los 18 carteles de casi 4 metros de altos que se expondrán desplegados en 52 metros lineales bordeando la Casa Central de la UTE/USACH, tal como estaba previsto para su inauguración el 11 de septiembre de 1973, volverán a levantarse durante el mes de agosto el mismo lugar. La actividad también contemplará la presentación en vivo de parte de los elencos artísticos estables de la Universidad Técnica del Estado: Nelson Brodt (del Teatro Nuevo Popular), Isabel Parra con Manuel Meriño, Inti Illimani Histórico (Salinas/Seves), Cuncumén y Nano Stern e Ismael Oddó, homenajeando a Víctor Jara y Willy Oddó (Quilapayún), respectivamente. Sigue las redes de @extensionusach para conocer la fecha de la actividad.
Por Daniela Valdés V.
Extensión Usach, julio 2023.