David del Pino Klinge, director titular del elenco, encabezará un programa que incluye explicaciones y pasajes musicales para mostrar cómo Ludwig van Beethoven fue inspirado por personajes como Napoleón y Egmont. La presentación se realizará el miércoles 16 de agosto (19:30) en el Teatro Aula Magna y también contempla el Concierto para clarinete de Carl Nielsen, con el solista Pablo Valdés. La entrada es gratuita.
La libertad como anhelo fundamental y la valentía como un impulso para emprender misiones complejas, incluso mortales, que desafían al poder establecido. Hay figuras que cautivaron a Ludwig van Beethoven (1770-1827) en diferentes momentos de su vida y compartían esos rasgos, aunque podían actuar en ámbitos diversos. Reales o ficticias, contemporáneas o del pasado, esas personalidades conmovieron al compositor, que se apropió de ellas e incluso llegó a desilusionarse. De una u otra forma, impregnaron su música con sus historias.
Esa clase de personajes dominarán el próximo concierto de la Orquesta Usach: Héroes beethovenianos es el título del repertorio que la agrupación ofrecerá este miércoles 16 de agosto, a las 19:30 horas, en el Teatro Aula Magna Usach (Víctor Jara 3659, Metro Usach). El programa se iniciará con una pieza poco habitual en la cartelera local, el Concierto para clarinete y orquesta del compositor danés Carl Nielsen (1865-1931), y las entradas gratuitas se encuentran en la plataforma Portaltickets.
“Esta es una idea que implementamos en la temporada pasada con un concierto sobre Robert Schumann. Esta vez hablaré de la manera en que Beethoven musicaliza a sus principales héroes, todos libertarios”, anticipa David del Pino, director titular de la Orquesta Usach, quien conducirá el relato sobre tres personajes: Napoleón, a quien dedicó su Sinfonía Nº 3, conocida como “Eroica”; Leonora, la protagonista de su única ópera, Fidelio; y el Conde de Egmont, quien fuera decapitado por el Imperio Español e inspiró una tragedia de Goethe, musicalizada por Beethoven e inmortalizada por su obertura.
“Voy a ir contando y mostrando las diferentes emociones de Beethoven a través de la música”, anticipa David del Pino. “Comienzo con la ‘Eroica’, que es lo más conocido: Napoleón representaba la Revolución Francesa y las ideas contra la tiranía, entonces Beethoven le dedicó esta sinfonía y ahí está su admiración por este representante de un cambio en la historia. Después Napoleón se hizo nombrar emperador y Beethoven cambió la dedicatoria, ‘a la memoria de un gran hombre’. Como quien dice, al que fue pero ya no es”, detalla David del Pino.
El concierto continuará con pasajes de dos de las cuatro oberturas que Beethoven escribió para su ópera Fidelio, que representan musicalmente la historia de Leonora, quien se hace pasar por un hombre -llamado Fidelio- para liberar a su marido, injustamente encarcelado. “Y terminamos con la Obertura Egmont, donde hay elementos musicales muy contrastantes. Por ejemplo, el ritmo del fandango aparece lento, dramático y agresivo, siempre seguido del tema de la pena y la opresión de los holandeses. Es increíble cómo Beethoven se adelanta y toma elementos del folclor español para personificar al enemigo. Ahí hay mucho de qué hablar: libertad de pensamiento y de credo”, advierte Del Pino.
Un clarinete que explota
En la primera parte del programa, la Orquesta Usach afrontará su propio reto: interpretará el Concierto para clarinete y orquesta del compositor danés Carl Nielsen, una obra que se interpreta en contadas ocasiones en los escenarios chilenos y esta vez tendrá como solista a Pablo Valdés.
“Es uno de los conciertos emblemáticos para los clarinetistas. Es demasiado intenso, muy largo y hay mucha música”, dice Valdés. “Decidir tocarlo es un gran desafío que te cambia la vida. Es un antes y un después”.
Formado en el Liceo de Música de Copiapó, Pablo Valdés se trasladó a Santiago para seguir estudios en la Universidad de Chile y la Escuela Moderna de Música. A la Orquesta Usach se integró en 2017 y esta será la segunda vez que actúe como solista luego de su debut en 2018, cuando abordó el emblemático Concierto para clarinete de Wolfgang Amadeus Mozart.
Ahora, sin embargo, será con una música completamente distinta: “Hace explotar el clarinete”, asegura Valdés, sobre una obra que Nielsen compuso y estrenó en 1928, en el epílogo de su vida: “Es una experiencia muy distinta a la que puedes tener con Brahms, Mozart, Tchaikovsky o incluso compositores más parecidos de esa época. Aunque mantiene estructuras tradicionales, escuchas algo diferente. Hay sensaciones que generalmente están debajo de la alfombra, como la rabia, las violencias o el rencor. Si alguien no lo ha escuchado nunca va a tener una experiencia extraña, pero es una forma de salir de la zona de confort y de lo que siempre escuchamos”, concluye.