Desde Bruselas, la agrupación lleva una década recuperando el repertorio del compositor y bandoneonista argentino que frecuentemente es comparado con Astor Piazzolla. Su primera presentación en el país será un concierto gratuito que se realizará este jueves 17 de abril (19:30 horas), en el Teatro Aula Magna Usach.

Sonico, de izquierda a derecha: Alejandro Schwarz (guitarra), Lysandre Donoso (bandoneón), Ariel Eberstein (contrabajo), Ivo de Greef (piano) y Stephen Meyer (violín). Foto: Griet de Cort.
Eduardo Rovira (1925-1980) fue un compositor y bandoneonista argentino esencial para el desarrollo del tango moderno. En los cientos de tangos y piezas de cámara que escribió, incorporó la experimentación, se alejó de los códigos tradicionales y construyó un perfil único: “Hubo un tiempo en que Rovira fue más revolucionario que yo”, llegó a admitir Astor Piazzolla (1921-1992), habitualmente considerado como el mayor innovador del género.
La música de Rovira cayó en un virtual olvido después de su muerte, pero ha sido recuperada en años recientes. Para eso ha sido fundamental la existencia de Sonico, grupo fundado en Bruselas (Bélgica) e integrado por un verdadero colectivo multinacional: el contrabajista argentino Ariel Eberstein, el bandoneonista francés Lysandre Donoso, el violinista estadounidense Stephen Meyer, el guitarrista argentino Alejandro Schwarz y el pianista belga Ivo de Greef. Desde 2015, se han dedicado a recuperar su legado, rescatando y transcribiendo más de 70 obras, a partir de manuscritos y grabaciones.
Para celebrar el centenario de su nacimiento, ahora Sonico presentará el espectáculo “Rovira 100”, en una gira que contempla cuatro conciertos en Argentina y se iniciará este jueves 17 de abril (19:30 horas) en el Teatro Aula Magna Usach, con un concierto cuyas entradas gratuitas ya pueden descargarse en el sistema Portaltickets.
“Estar en Chile representa para Sonico un hito muy emocionante y profundamente simbólico. Compartir por primera vez nuestro trabajo con el público chileno es una oportunidad única para generar un verdadero encuentro cultural, así que queremos invitarles a redescubrir una parte esencial del tango moderno, desde una mirada contemporánea, pero con profundo respeto por su historia y su esencia. Estamos convencidos de que será una noche inolvidable”, promete el contrabajista Ariel Eberstein.
“En un plano muy personal, esta visita también tiene un significado aún más especial para nuestro bandoneonista Lysandre Donoso. Él es hijo de chileno, está tramitando la nacionalidad y presentarse por primera vez en la tierra de su padre será un momento profundamente conmovedor. Volver a Chile a través de la música es una forma de reconectar con sus raíces”, agrega.
Desde su creación, Sonico ha publicado cuatro álbumes: La otra vanguardia (2018), Inédito e inconcluso (2020), Piazzolla-Rovira: The edge of tango (2021) y Five, six, seven, eight… The edge of tango vol. 2 (2024). En Buenos Aires grabarán ahora su primer disco en vivo, Rovira 100, que estará centrado en dos obras del compositor trasandino: Sonico (1969) y Que lo paren (1975).
Luego de su concierto en la Usach, el grupo cruzará la cordillera para actuar en San Juan (viernes 18), Córdoba (sábado 19), Río Cuarto (domingo 20) y el Mozarteum Argentino de Buenos Aires (miércoles 23). Más tarde, alargará las celebraciones del centenario de Rovira con el estreno de una obra de tanto sinfónico, junto a la Filarmónica de Bruselas, y una retrospectiva en el Spring Festival de Amberes, entre otros proyectos.
Programa
Majo Majú
Tango para Charrúa
Tango para Ernesto
A Don Pedro Santillán
Preludio de la guitarra abandonada
Ritual (Osvaldo Berlingieri, arreglo de Eduardo Rovira)
A Don Alfredo Gobbi
Sónico
Mi pesadilla (Osvaldo Berlingieri)
Chiqui (Alberto Caracciolo)
Efímero (Omar Luppi)
Etéreo (Alberto Caracciolo)
Los mareados (Juan Carlos Cobián arr. Astor Piazzolla)
Nace una ciudad (Omar Valente)
Que lo paren
Sonico
Lysandre Donoso, bandoneón
Alejandro Schwarz, guitarra
Stephen Meyer, violín
Ariel Eberstein, contrabajo
Ivo de Greef, piano
*Todas las composiciones son de Eduardo Rovira, salvo donde está indicado.