La pianista lidera un proyecto que agrupa a otras cuatro intérpretes y recupera obras inéditas y poco difundidas del músico que fuera reconocido en los ‘80 por su cancionero popular.

Editado por Aula Records, Del legado de Nino García se presentará en vivo con un concierto gratuito, que se realizará este miércoles 31 de julio en el Teatro Aula Magna Usach.

Beatrice Berthold en el Teatro Aula Magna Usach. Foto: Gary Go.

En 2021, Beatrice Berthold llevaba casi una década viviendo en Chile y descubrió una música que hasta entonces nunca había escuchado. Todavía en los días de la pandemia, el guitarrista Romilio Orellana la invitó a grabar la Sinfonía democrática (1991), una obra de Nino García (1957-1998), cuya versión original ambos estrenaron en el Teatro Aula Magna, junto a integrantes de la Orquesta Usach. El registro se emitió en el canal Stgo TV y en Youtube y luego  dio vida a un disco homónimo, editado por el sello discográfico Aula Records.

“La Sinfonía democrática me impresionó enormemente, así que quise saber más de Nino García”, recuerda la pianista nacida en Alemania, que ya contaba con una extensa trayectoria en el país, como profesora y concertista. “Cuando Romilio me preguntó si podía grabarla, le pedí que me mostrara un trocito, porque no toda la música contemporánea me gusta. Tiene que llegarme al corazón, emocionarme, y la Sinfonía democrática me encantó. Después supe que Nino compuso muchas más obras doctas”.

Esa primera impresión fue el punto de partida para una idea que ahora se convertirá en realidad. Beatrice Berthold buscó más partituras de Nino García y convocó a otras cuatro intérpretes: la cellista Katharina Paslawski, la clarinetista Kathya Galleguillos, la violinista Montserrat Prieto y la también cellista Marisol García; esta última, hermana del compositor.

Junto a ellas, grabó Del legado de Nino García, un disco que será publicado por el sello Aula Records en formato digital, vinilo y CD y será presentado en vivo el próximo 31 de julio (19:30 horas), en el mismo Teatro Aula Magna Usach. Las entradas para el evento son gratuitas y se pueden encontrar en Portaltickets.

“La de Nino García es una música ingeniosa, innovadora y con propias ideas, con un lenguaje propio. Para mí, siempre es importante reconocer a un compositor a través de la música que ha escrito. Si escucho en la radio una obra que no conozco, puedo decir que debe ser Rachmaninoff, Chopin o Brahms, gracias a su estilo. Para mí, eso es Nino García. También es una música emocional, que llega al corazón de la gente”, considera Beatrice Berthold.

Del legado de Nino García es una mirada al repertorio menos conocido del artista que integrara el excepcional Sexteto Hindemith 76 y que entre los ‘70 y ‘80 ganara reconocimiento como pianista, arreglista y colaborador de múltiples figuras de la música popular. Canciones propias como “Espejismo”, “Sin razón” y “Entre paréntesis” solo añadieron entusiasmo a ese reconocimiento popular.

El disco se inicia con una partitura que hasta ahora había permanecido inédita, el Cuarteto para violín, clarinete, violoncello y piano, compuesto en 1994 y dedicado a Eduardo Salgado, cellista del Ensemble Bartók. Luego continúa con dos creaciones que datan de 1997, poco antes de su muerte: las Formulaciones anímicas para piano y la Sonata para violoncello y piano en do mayor.

En esta entrevista, Beatrice Berthold entrega detalles del álbum y habla sobre su aproximación personal a la figura de Nino García: “Para mí, era un genio”, dice.

 

Después que grabaste Sinfonía democrática, ¿cómo fue descubrir las otras obras?

Fue un proceso largo. Primero, existe solo material manuscrito. María Eugenia Zúñiga (viuda de Nino García) fue muy amable al darme el material y con el tiempo yo tuve la impresión de conocer a la persona que estaba tras esas obras. Una persona ingeniosa, chistosa, también melancólica, dispersa… se me formó una imagen, como si hubiera conocido a Nino García.

¿Cómo escogiste el repertorio del disco? El Cuarteto para violín, clarinete, violoncello y piano es inédito, pero las restantes obras ya habían sido grabadas.

En primer lugar, como pianista, me interesaban las Formulaciones anímicas. Romilio Orellana me contó que Nino había escrito una obra muy bonita para piano, que había grabado Svetlana Kotova, y que tal vez me interesaría. Ella misma me mandó la partitura. Eso fue lo primero.

Después pensé en qué se podría agregar para hacer un programa redondo y consideré la Sonata para piano y cello, que está dedicada a Johannes Brahms, porque me encanta el cello. De inmediato pensé en que era una obra para Katharina Paslawski, por su estilo de tocar, emocional y con muchas ideas. Ella fue un apoyo increíble para esa grabación. Esta obra la había grabado Marisol García con Elvira Savi, en 1999, pero las técnicas de grabación han cambiado y creo que se podía actualizar.

Finalmente, claro, el Cuarteto era atractivo porque no existía ninguna grabación.

¿Cómo describes esa obra? Es un formato poco habitual…

Es poco usual. El primer movimiento, “Larga distancia” fue una promoción para Telefónica. El segundo movimiento, “Autorretrato”, es muy impresionante y tiene una atmósfera frustrante o depresiva. Como autorretrato, creo que dice mucho. El tercer movimiento es un fragmento del cuarto movimiento de la Sinfonía democrática, es el mismo tema. Creo que este Cuarteto fue escrito para el Ensemble Bartók. Está dedicado al maestro Eduardo Salgado, cellista del ensamble, por la muerte de su querida madre.

¿Y de qué manera se relacionan las tres obras?

Esta música me recuerda el estilo de Kurt Weill, de Leonard Bernstein. Conociendo ahora la música popular de Nino García, hay reminiscencias de eso. También pienso que da muchas oportunidades a los artistas para trabajar y buscar sonidos, hacer un relato, como un actor que cuenta una historia a través de estas tres obras. Las Formulaciones anímicas, sobre todo, son muy distintas y cada una es una historia.

También lo has comparado con George Gershwin, ¿no?

Con Gershwin y con Bernstein, porque son compositores que se hicieron famosos con la música popular. También un poco por su lenguaje, algunas armonías. Hay partes en el piano que me recuerdan incluso a Serguéi Prokófiev e Igor Stravinsky.

 

Más allá de las características específicas de las obras, ¿qué te motivó a grabar este disco?

Para mí, es música que está a nivel mundial. Es una música contemporánea que tendría que presentarse no solo en Chile, sino también fuera del país. Creo que tiene un lugar merecido dentro de la música contemporánea y que incluso fue el deseo de Nino. Creo que le habría gustado ser respetado como músico docto.

Pero no hizo carrera en ese ámbito…

Porque trabajaba también para comer. Compuso música para televisión, pero se aburrió porque su deseo fue hacer una creación propia. Es el mismo motivo por el que Gershwin se fue de Hollywood. Él ganó mucha plata haciendo música para películas, para Fred Astaire y Ginger Rogers, pero en algún momento ya no le interesó y tuvo el deseo de crear algo propio.

Luego de conocer su obra, ¿cómo te aproximas hoy al personaje de Nino García?

Para mí, era un genio, pero también era una persona que no sabía aprovecharse de las posibilidades que podría haber tenido. Le gustaba tocar y componer y no se preocupaba por el dinero ni nada. Si hubiera sido un buen hombre de negocios, quizás no habría terminado así. También era muy generoso, chistoso… Marisol me contó que le escribió un poema a cada uno de sus hermanos. ¡Y tenía ocho!

¿Tienes planes de seguir grabando obra de Nino García?

Hay más obras: una sonata para violín y piano, la Sonatita para flauta y piano, una obra para dos flautas y piano que se llama La contaminación de la primavera… Creo que sería ideal que algún día existiera una integral con las obras doctas de Nino, incluyendo la Sinfonía democrática, Artículo de concierto, un dúo que compuso para guitarra y cello… hay que dar a conocer estas joyas.

 

Rodrigo Alarcón L. – 23/07/2024