Desde este jueves 4 de julio y hasta el 5 de septiembre se inicia “La música en el cine de Ken Russell”, ciclo gratuito dedicado al director británico, quien llevó a la pantalla grande las biografías de varios gigantes de la música clásica como Mahler, Tchaikovsky y Liszt. El primero en abrir los fuegos es “The Debussy film”, basado en la vida del rupturista compositor francés sindicado como el primer impresionista de la música clásica. Las cinco películas proyectadas en la Sala Estación Usach serán comentadas posteriormente por un músico o compositor invitado.

Texto por Denisse Espinoza.
Para muchos el fallecimiento de Ken Russell en 2011, a los 84 años, fue la ocasión para hablar sobre las provocaciones exageradas de algunos de sus trabajos cinematográficos como “Los demonios” (1971) o “La guarida del gusano blanco” (1988) con las que atacó a la iglesia y rayó en lo pornográfico. Sin embargo, para los amantes de la música, Russell fue un devoto de la grandeza creativa cuya mirada de algunos de los compositores que amaba ayudó a acercar la llamada alta cultura a las masas. En esa línea su filme más recordado y exitoso es “Tommy”, la adaptación de la ópera rock de The Who. Sin embargo, entre mediados de los años 60 y 70, al alero de la BBC, el cineasta británico también brindó un refrescante contrapunto a las representaciones de músicos clásicos de Hollywood. Claude Debussy, Gustav Mahler, Franz Liszt y Pyotr Tchaikovsky fueron algunos de los músicos a los que Russell echó su reveladora luz, aunque tampoco pudo evitar del todo los excesos.

El ciclo “El cine en la música de Ken Russell” se desarrollará desde este jueves 4 de julio y hasta el 5 de septiembre, siempre a las 19 horas, en Sala Estación Usach, donde no sólo se proyectarán cinco de sus películas sobre compositores sino también serán analizadas por músicos y directores invitados, en conversación con el periodista especializado en cine Gonzalo Espinoza.

La primera este jueves es “The Debussy Film” (1965), cinta basada en la vida del francés Claude Debussy, uno de los autores más influyentes de fines del siglo XIX y principios del XX, sindicado como el pionero de impresionismo musical por sus evocadoras melodías. Ninoska Medel, directora a cargo de la Orquesta Sinfónica Juvenil Regional/ región de Aysén y de la Orquesta de Mujeres de Chile, será la encargada de comentar este primer filme.

“Las películas biográficas tienen la gracia de que proporcionan una serie de datos privados del creador que ayudan a entender su legado artístico. Es interesante enfrentarse a la mirada de un cineasta que pone atención en otros factores donde nosotros sólo vemos partituras”, dice Medel, también académica de la Universidad de Chile. “Debussy es uno de los autores más estudiados en las escuelas, para mí lo más notable de su trabajo son los colores, los timbres que rescata y cómo logra conseguir efectos que quedan plasmados en la partitura, al igual que cómo utiliza los instrumentos, es muy rupturista”, agrega.

Arte y vida

“Vi que las biografías televisivas se estaban llenando de terribles clichés: la deificación del artista es errónea; debe ser presentado como un ser humano que, a pesar de sus defectos, logró crear obras de arte duraderas”, dijo Ken Russell en una entrevista de los 70.

El trabajo del británico es notable también por su audacia e intensidad, al romper todas las leyes del cine naturalista y moviéndose más en el terreno de lo fantástico. Un ejemplo es “The music lovers” (1971), donde retrata la vida del ruso Pyotr Ilyich Tchaikovsky y donde gran parte de ella se mueve a través de flashbacks, pesadillas y fantasías inspiradas en su música. El filme es el siguiente en la lista del ciclo y se dará el 17 de julio con los comentarios de Javier Farfán, violista de la Orquesta Clásica Usach.

“Mahler” (1974) rescata al compositor austro-bohemio relevando también datos biográficos como el suicidio de su hermano, su experiencia con el antisemitismo y su posterior conversión al catolicismo. “La iniciativa del ciclo me parece ya interesante cuando se rescata una serie de películas que no han sido tan vistas acá ni siquiera por el círculo de los músicos”, afirma el compositor chileno Tomás Brantmayer, quien hará los comentarios de la proyección del 1 de agosto. “Mahler es lejos el compositor más autobiográfico en el sentido de cómo su música está marcada por su vida de manera explícita. La música gitana o de marchas que escuchaba de niño se cuelan en sus partituras. Personalmente comparto ese interés por conectar el mundo interior con la música que uno crea”, agrega.

Mientras que Nicolas Rauss, director titular de la Orquesta Clásica Usach será quien comente los dos últimos filmes del ciclo: el 22 de agosto se proyecta “Lisztomanía” (1975), sobre la vida del húngaro Franz Liszt y “The Planets” (1983), se exhibe el 5 de septiembre, inspirada en la suite homónima del compositor británico Gustav Holst.

Una de las escenas más raras de la historia del cine aparece en “Lisztomanía” (1975), donde en buena parte de la música del húngaro Franz Lizst es robada por el alemán Richard Wagner para óperas que enaltecieron el periodo nazi. Wagner es encarnado por un vampiro y Liszt le debe hacer frente a bordo de una nave espacial propulsada por la energía de todas las mujeres fallecidas de su vida. No hay duda de que Russell es severo frente a las fragilidades del artista y promovió también las interpretaciones freudianas, buscando las fuentes de las inspiraciones de Tchaikovsky o Mahler en sus traumas infantiles o fantasías sexuales, lo que para algunos es un desagravio y para otros la única forma de conocer los misterios de la genialidad artística. Mientras que “The Planets”, funciona como la más abstracta y personal “de Russell. Emparentada con la cinta “Koyaanisqatsi” de Godfrey Reggio, el británico realiza aquí un efectivo trabajo de collage donde hace coincidir cada sección de la suite de Holst con material de archivo donde aparecen algunas de las obsesiones del propio cineasta: mujeres desnudas, nazis y crucifixiones.

* Todas las exhibiciones de Sala Estación Usach son con entrada liberada, ingreso por orden de llegada y 80 cupos por capacidad de Sala.
Su ubicación se encuentra dentro de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, metro Estación Central