En su temporada 2019, el director de la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago reconoce su interés por interpretar tanto repertorio de autores universales como Beethoven,Mozart y Mendelssohn, junto al de otros más desconocidos como Carl Philipp Bach, hijo del gran músico alemán; además de presentar cuatro nuevas obras de jóvenes compositores chilenos, y de autores sudamericanos en el concierto especial del Festival Cultura Migrante Usach. El año se inicia con la continuación de los conciertos por la Región Metropolitana en Barrio Yungay y Pedro Aguirre Cerda, y en marzo se abrirá la temporada central en el Teatro Aula Magna con la musicalización de “El Húsar de la Muerte”, dirigida por el compositor y músico de Inti-Illimani Histórico Horacio Salinas.
Aunque tiene sus propios méritos, siendo considerado uno de los fundadores del estilo clásico, Carl Philipp Bach (1714-1788) tuvo siempre que crear bajo la sombra de su famoso padre, Johann Sebastian Bach. Era tal la influencia de su apellido ligado a la música, que por mucho tiempo fue conocido como el “Bach de Hamburgo” mientras a su otro hermano músico lo llamaban el “Bach de Londres y de Milán”. Fue justamente, mientras oficiaba de maestro de capilla en Hamburgo durante la segunda mitad del siglo XVIII, que Carl Philipp vio aumentar su reputación llamando la atención de Mozart, Beethoven y Brahms. Su oratorio Los israelitas en el desierto, compuesto entre 1768 y 1769, es una de las novedades que interpretará la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago en septiembre, dentro de su temporada 2019. “Su música es muy interesante, pero es un tipo muy conflictivo. Como todos, admiraba mucho a su papá, pero al mismo tiempo siempre buscaba hacer otra cosa y eso le provocaba muchas dudas. Este oratorio es especialmente valioso e interesante porque responde a su misión de componer una cantata que se pudiese tocar en cualquier iglesia de Hamburgo, sea judía, protestante o católica y termina eligiendo este texto del Antiguo Testamento”, comenta el director Nicolas Rauss. “Interpretar este oratorio es uno de los aportes que hacemos a nuestro propio estilo clásico y la verdad es que somos la única orquesta que lo hace”, agrega.
La obra de Carl Philipp Bach, se suma a una diversa y nutrida programación de 23 conciertos, todos de entrada gratuita, que se inician el 16 y 17 de enero, a las 19.30 horas, en el Teatro Novedades de Barrio Yungay y el Centro Cultural de Pedro Aguirre Cerda respectivamente, donde se tocarán piezas de Beethoven, la Obertura del Rey Esteban y Bizet, Jeux d’Enfants, junto con composiciones de los autores chilenos Tilo González, Enrique Soro y Vicente Bianchi. Además, durante el 2019 continuarán los conciertos por la Región Metropolitana, donde la Orquesta visitará por primera vez Conchalí y Punte Alto, como parte del proyecto “Apoyo a Orquestas Profesionales” financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, con del afán de acercar la llamada música docta al público masivo.
“Esta es una Orquesta que merece ser escuchada fuera del Aula Magna y en comunas donde las personas no están acostumbradas a ir a este tipo de conciertos.
Allí vamos con un repertorio más oreja de grandes compositores, pero también con novedades en pequeñas cantidades”, dice Rauss.
El director también destaca este año dentro del repertorio tradicional y masivo la interpretación del Requiem de Mozart, en abril y en mayo, de la Sinfonía n°3 Heróica de Beethoven. “Por ser una Orquesta Clásica de 39 músicos no incursionamos mucho en el repertorio romántico de autores como Schumann, Bach o Wagner que componen para orquestas inmensas. Sin embargo esta vez incursionamos con Heróica de Beethoven y también con la Sinfonía Escocesa de Mendelssohn, donde incorporamos a músicos de cornos y cuerdas. En cuanto a Mozart, el Requiem es una pieza popular que toda orquesta hace y esta vez decidimos sumarnos, aunque pensamos que podemos darle un toque diferente”, cuenta el director de origen suizo.
La Temporada 2019 cuenta además con cuatro obras de compositores chilenos encargadas especialmente por la Orquesta. En mayo se presenta un concierto para trompeta de Carlos Zamora; en junio, una pieza de Esteban Correa; en julio, Andrés Maupoint con Pájaros de Cristal obra encargada para el coro de cámara y orquesta, y en octubre la pieza Tres pasos al sur, del guitarrista Javier Contreras. Además, se volverá a interpretar en abril la cantata “El Divino Soliloquio”, de Juan Manuel Quinteros, con textos de Nicanor Parra y Pier Paolo Pasolini, compuesta para la Orquesta en 2017. También destaca en esta temporada la interpretación, en octubre, de obras del autor mexicano Silvestre Revueltas y del brasileño Heitor Villa-Lobos en el marco del Festival Cultura Migrante, que este año tiene su tercera versión dedicada a México como país invitado.
Los conciertos en el Aula Magna, sede central de la Orquesta, se abren el 27 de marzo con un concierto audiovisual donde la agrupación musicalizará en vivo la proyección del clásico chileno “El Húsar de la Muerte” con la dirección del músico chileno e integrante de Inti-Illimani Histórico Horacio Salinas; y finaliza el 18 de diciembre con el tradicional concierto de Navidad donde se tocarán piezas de Haydn, Boyce y J.S. Bach. “Somos una Orquesta Clásica, pero que siempre quiere provocar. En ese sentido hay algo de espíritu adolescente. Tratamos siempre de venerar a los clásicos, pero también haciendo un guiño a la sociedad moderna”, concluye Nicolas Rauss.
Todos los conciertos de la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago son con entrada liberada.
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Texto Denisse Espinoza