Los elencos realizarán un concierto gratuito este miércoles 30 de agosto (19:30 hrs.) en el Teatro Aula Magna Usach. El programa comenzará con “Nimrod” de Edward Elgar y también incluye una obra del compositor chileno Tomás Brantmayer, con textos de Raúl Zurita sobre la represión militar.

La Orquesta Usach y el Coro Sinfónico Usach en el Teatro Aula Magna. Foto: Mila Belén.

Atacada desde el primer momento por la dictadura, en la antigua Universidad Técnica del Estado (UTE) hubo estudiantes, funcionarios y profesores que sufrieron directamente la violencia del régimen. Sus historias son recordadas permanentemente y han vuelto a estar presentes en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, que ha sido un foco de la temporada de conciertos de la Universidad de Santiago (Usach). Uno de los principales hitos de esta temporada se producirá la próxima semana y reunirá a los dos mayores elencos de la Usach, en torno a una de las obras más emotivas del repertorio sinfónico y coral: el Réquiem en Re menor, op. 48 del compositor francés Gabriel Fauré (1845-1924).

Esa obra interpretarán la Orquesta Usach y el Coro Sinfónico Usach este miércoles 30 de agosto (19:30 hrs.) en el Teatro Aula Magna Usach, bajo el título Réquiem por las víctimas de la dictadura. El programa se iniciará con “Nimrod”, parte de las célebres Variaciones Enigma del compositor inglés Edward Elgar, y continuará con El país de sed, del compositor chileno Tomás Brantmayer. Las entradas gratuitas que se dispusieron en el sistema Portaltickets se agotaron con una semana de anticipación.

El concierto es parte de la programación cultural que la Usach ha desarrollado para conmemorar los 50 años del golpe de Estado, que incluye variadas actividades musicales. Las siguientes son un homenaje del Coro Madrigalista Usach a Víctor Jara (6 de septiembre) y una presentación del Coro Sinfónico Usach dedicada a la Nueva Canción Chilena (27 de septiembre), así como el VII Concierto de Vigilia de la Memoria (10 de septiembre).

David del Pino Klinge dirige a la Orquesta Usach. Foto: Gary Go.

Andrés Bahamondes, director del Coro Sinfónico Usach. Foto: Pablo Selman.

 

“El Réquiem es una misa para recordar la memoria de los difuntos. La peculiaridad del que compuso Fauré es su dulzura y ternura”, dice David del Pino Klinge, quien estará a cargo de la dirección general del concierto, que además tendrá a la soprano Patricia Cifuentes y el barítono Pedro Alarcón como solistas. “Es radicalmente distinto a otros grandes réquiems, como el de Mozart o Verdi, donde está presente el dolor desgarrador y la ira de Dios. En Fauré prevalece la esperanza de otra vida, en el caso de las personas que creen en eso, o de otra vida simbólica, en la memoria de las personas que quedan vivas”.

Compuesto entre 1886 y 1888 y estrenado ese mismo año en París, el Réquiem de Fauré presentó diversas innovaciones. Escrito en latín, sustituye los pasajes más terroríficos sobre la muerte por una visión reposada y serena. ¿Por qué programarlo entonces para recordar a las víctimas de la dictadura? “Porque su esencia es su gran poder de consuelo”, responde David del Pino.

Andrés Bahamondes, director del Coro Sinfónico Usach, agrega que el carácter contenido de la música concebida por Fauré otorgará un carácter especial a la conmemoración: “En este sentido, no creo que haya un réquiem mejor”, asegura. “En nuestro tiempo tenemos que recordar y seguir buscando justicia y verdad, pero también tenemos que entregar siempre un mensaje de paz. El acorde final de este Réquiem es un verdadero bálsamo: termina con un sonido liviano, con la orquesta tocando con lo mínimo, con el más celestial de los instrumentos que es el arpa y las sopranos representando directamente un coro de ángeles, recibiendo a la persona difunta. Es un final esperanzador”.

 

 

De “Nimrod” a Zurita

El programa se iniciará con “Nimrod”, la novena de las 14 piezas que el compositor inglés Edward Elgar (1857-1934) escribió en 1899 a partir de un tema para orquesta, conocidas como Variaciones Enigma. Separada de su origen, es utilizada con frecuencia para funerales y otros actos solemnes en memoria de personas fallecidas. “Es una música triste pero no amarga, un recuerdo agradecido de la persona que partió”, describe David del Pino.

Luego, la Orquesta Usach volverá a abordar El país de sed, obra del compositor chileno Tomás Brantmayer (1992) que encargó, estrenó y grabó en un disco publicado en 2019 a través del sello Aula Records, junto al tenor Francisco Huerta y el director Sebastián Camaño.

Concebido como un collage que vincula textos de Raúl Zurita con la música de Ludwig van Beethoven, en ella se pueden reconocer pasajes de la Obertura Egmont y la Novena sinfonía, así como pasajes del poema “Escucha entonces, pendejo”, creado en torno a la represión militar y la experiencia del propio poeta con la tortura. En esta ocasión, el solista será el tenor Felipe Gutiérrez.

Programa

Edward Elgar (1857-1934)
Variaciones sobre un tema original para orquesta, op. 36 “Enigma”
– Variación IX (Adagio) “Nimrod”

Tomás Brantmayer (1992)
El país de sed

Solista: Felipe Gutiérrez (tenor)

Gabriel Fauré (1845​-1924)
Réquiem en Re menor para solistas, coro y orquesta, op. 48
I. Introit et Kyrie
II. Offertoire
III. Sanctus
IV. Pie Jesu
V. Agnus Dei et Lux Aeterna
VI. Libera Me
VII. In Paradisum

Solistas: Patricia Cifuentes (soprano) y Pedro Alarcón (barítono)

Coro Sinfónico Usach
Dirección: Andrés Bahamondes

Orquesta Usach
Dirección general: David del Pino Klinge