Eran los “baladistas” por excelencia, quienes le cantaban tanto al amor puro como al no correspondido. Durante el siglo XVII, la música española se hizo conocida por los tonos humanos, composiciones inspiradas en los versos de poetas como Lope de Vega y Tirso Molina, que se hicieron populares entre el público por alejarse del género sacro. El 8 de mayo, a las 19.30 horas en el Teatro Aula Magna, la agrupación de música antigua de la Usach repasa algunas de estas piezas que revolucionaron las cortes de la época.
“No sé yo cómo es/ pues quiero y no quiero/ y quisiera querer.
Yo siento un no sé qué diga/ ansioso de helar y arder / que con él no acierto a estar /
y no puedo estar sin él.
No sé yo cómo es/ pues quiero y no quiero/ y quisiera querer”
Este era el tipo de letras de las canciones que hicieron furor en el siglo XVII, un equivalente a las baladas románticas de hoy, pero que en esa época se conocieron como tonos humanos. En oposición a la música sacra, estas composiciones eran inspiradas por los más mundanos sentimientos mortales: el amor, el despecho, la traición y el orgullo. Uno de los compositores más conocidos en este género fue el español José Marín, autor de “No sé yo cómo es” y otras piezas que serán protagonistas del concierto que Syntagma Musicum, la agrupación de música antigua de la Universidad de Santiago dedicará al género, el próximo 8 de mayo a las 19:30 horas en el Teatro Aula Magna.
Tonos humanos: música del siglo XVII español, se titula el concierto que incluye otros temas de Marín como “Ojos pues me desdeñais” y “No piense en Menguilla”, además de composiciones de otros autores españoles como Juan Bautista del Vado, Bartolomé de Selva y Salaverde y el italiano Andrea Falconiero, quien trabajó para el virrey de Nápoles y escribió varias composiciones en lengua romance. El concierto estará a cargo de la formación completa de Syntagma Musicum: Jaime Carter (clave, órgano), Paulina Muehle – Wiehoff (cello barroco), Hernán Muñoz (violín barroco), Rodrigo Díaz (guitarra barroca y tiorba), Gonzalo Cuadra (canto) y Franco Bonino (flauta dulce y director del grupo). “Para nosotros es un territorio conocido que disfrutamos mucho en volver a recorrerlo . Los tonos humanos forman parte del repertorio esencial hispanoamericano y por supuesto de Syntagma. Y digo hispanoamericano porque la música tradicional latinoamericana también presenta resabios de ese género, hay una conexión muy interesante y algo de eso se va reflejar en el concierto”, explica el director Franco Bonino.
Durante el llamado Siglo de Oro español, existía una colaboración estrecha entre músicos y poetas. Los escritores proveían de versos directamente para que fueran musicalizados, pero también a veces una melodía se hacía tan popular que se decidía escribir un texto que la acompañara. Entre los grandes poetas que contribuyeron a los tonos humanos están Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de Labarca. Además, los tonos humanos se solían interpretar como complementos de los diferentes espectáculos teatrales que nacían en la época como las mascaradas, o representaciones cortesanas para grupos reducidos, la comedia, los dramas mitológicos y la zarzuela. Claro que a diferencia de la ópera, el género que hacia fines del siglo XVII ganaría más adeptos en España, los tonos humanos no requerían necesariamente de vestimentas especiales, escenografía o un gran despliegue técnico. “Eran melodías pensadas más bien para círculos íntimos antes que para grandes escenarios. Todavía en los tonos humanos no estaba esa visión globalizante de las artes, esa fusión hecha ritual tan característica de la ópera. El rasgo distintivo de los tonos humanos está dada sobre todo por la rítmica y cómo ésta tiende a caracterizar el texto y la melodía” explica Bonino.
En la primera mitad del siglo XVII, los tonos humanos incorporaban voces polifónicas, pero en la segunda mitad floreció el tono monódico, de una sola voz, que se convirtió en el predominante y del que fue uno de los principales cultores el compositor español José Marín, uno de los protagonistas del concierto del 8 de mayo.
Luego de cantar como tenor en la capilla real de Felipe IV y de ordenarse como clérigo, Marín se dedicó a la composición, siendo autor del llamado Cancionero Marín, conformado por 51 tonos humanos. Claro que en cierto momento, el músico cayó en la vida delictiva, estando implicado en varios robos porque los que finalmente fue desterrado durante 10 años. Arrepentido de su vida disipada y habiendo cumplido su condena, Marín recuperó sus licencias eclesiásticas y se dice que habría tenido una vida ejemplar hasta su muerte en 1699.
“Tonos humanos: música del siglo XVII español”
Syntagma Musicum
8 de mayo, a las 19:30 horas
Teatro Aula Magna
Av. Ecuador 3659, metro Universidad de Santiago
Todos los conciertos de Syntagma Musicum tienen entrada liberada
Más información y programación en www.extension.usach.cl