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Coro Madrigalista Usach
Fundado en 1980, el Coro Madrigalista Usach es un conjunto profesional que busca rescatar y acercar a la comunidad universitaria el legado de la música coral, desde la época renacentista hasta la contemporánea.
Está catalogado entre las agrupaciones vocales más prestigiosas de Chile. Su labor permanente incluye presentaciones en las temporadas de conciertos de la Usach y colaboraciones con el grupo Syntagma Musicum, el Coro Sinfónico y la Orquesta Clásica de la misma Universidad de Santiago de Chile (Usach).
A lo largo de su historia ha realizado un interesante trabajo en el rescate y difusión de la música renacentista, barroca y colonial americana, haciendo presentaciones en los Encuentros Musicales de Semana Santa de la Pontificia Universidad Católica de Chile, los Ciclos de Música de Cámara del Centro Cultural Montecarmelo, los Conciertos Corales del Grupo Cámara Chile en el Teatro Municipal, las Temporadas Musicales de Villarrica y el Festival Internacional de Coros de Guayaquil, Ecuador.
Actualmente, es integrado por doce cantantes y su director es Rodrigo Díaz Riquelme. Bajo su conducción, recientemente ha publicado los discos Fuga por el derecho de vivir en paz / Manifiesto y Destinos vencen finezas (2022), ambos en colaboración con Syntagma Musicum Usach. En el segundo caso, se trata de una zarzuela del compositor español Juan de Navas, cuyo estreno absoluto en tiempos modernos se produjo en el XVI Festival Internacional de Música Antigua (FIMA).
Editorial
Durante el siglo XVI España alcanzó el mayor poderío político y militar. “El imperio donde nunca se pone el sol” era la expresión que evocaba los dominios de la Corona española. La gobernanza iniciada en la época de Carlos V y continuada por su hijo Felipe II permitió los intercambios de compositores y músicos españoles con colegas franco flamencos e italianos. Es cuando comienza el Siglo de Oro español, periodo histórico en que florecieron el arte y las letras castellanas. El siglo XVI es el tiempo de la gran polifonía española con compositores como Tomás Luis de Victoria, Francisco Guerrero, Mateo Flecha, Juan Vásquez, así como los vihuelistas Luis de Narváez o Enríquez de Valderrábanos. La vihuela era el instrumento principal en las cortes españolas del siglo XVI. En el siglo XVII, el de Lope de Vega, Calderón o Cervantes, la guitarra es el instrumento que domina el escenario musical español. En la España del 1600 se propició el surgimiento de un estilo propiamente hispánico, dando lugar al influjo de la música popular en la música culta, con sus peculiaridades rítmicas, armónicas e instrumentales. La música española es por ello muy singular y reconocible en estilo, formas musicales, rítmica y armonía. El presente programa, con sus formas predominantes, como el villancico, el romance, los tonos humanos y danzas como la chacona, la folía o el fandango, nos hace viajar por la música hispánica de los siglos XVI y XVII, un periodo fascinante y de esplendor en la historia de la música.
Rodrigo Díaz Riquelme
Director del Coro Madrigalista Usach
Programa
Anónimo S. XVI
Si de vos mi bien me aparto
Cancionero del Duque de Calabria – Venecia, 1556
Francisco Guerrero (1528-1599)
Prado verde y florido
Francesco da Milano (1497-1543)
La Spagna
Josquin Desprez (c.1455-1521) / Luys de Narváez (c.1500-1552)
Mille Regretz – Canción del emperador
El delfín de la música – Valladolid, 1538
Anónimo S. XVI
Con qué la lavaré
Rey a quien reyes adoran
Cancionero del Duque de Calabria – Venecia, 1556
Enríquez de Valderrábano (c.1500-1557)
Discante sobre un punto de tambor
Libro de música de vihuela intitulado Silva de Sirenas – Valladolid, 1547
Luys de Narváez (c.1500-1552)
Romance: Paseábase el Rey Moro
Libro de música de vihuela, intitulado Silva de Sirenas – Valladolid, 1547
Juan Vázquez (1500-1560) / Miguel de Fuenllana (c.1500-1579)
Morenica dame un beso
Libro de música para vihuela, intitulado Orphenica Lyra – Sevilla, 1554
Mateo Flecha (1530-1604)
“Din dirín din” de la ensalada La bomba
“San sabeya gurumbé” de la ensalada La negrina
Ensaladas – Praga 1581
José Marín (1618-1699)
Ojos pues me desdeñáis
Tonos humanos – Fitzwilliam Museum, Mu.Ms. 727
Anónimo S. XVII
Jácaras: No hay que decirle al primor
Folía: Yo soy la locura
Santiago de Murcia (1673-1739)
Fandango
Códice Saldívar IV, ca. 1732
Juan Arañés (c.1580-1649)
Chacona a la vida bona
Libro segundo de tonos y villancicos con la zifra de la guitarra española – Roma, 1624
Coro Madrigalista Usach
Sopranos: Carolina Muñoz Coloma, Fanny Becerra y Valeria Severino
Altos: Elena Pérez, Solange Orellana y Nedda Cifuentes
Tenores: Ricardo Gálvez, Claudio Contreras y Cristián Navarrete
Bajos: Leonardo Aguilar, Nelson Durán y José Tomás Guzmán
Vihuela y tiorba: Gerardo Caviedes (invitado)
Vihuela, guitarra barroca y dirección: Rodrigo Díaz
Notas del programa
A veces uno tiende a identificar los períodos de la música y las naciones con algún género o instrumento. Si nos remitimos al Barroco, por ejemplo, a Italia la puedo asociar con la ópera, el canto y el violín. A Francia con la viola da gamba y el ballet. Sajonia se puede destacar por la nutrida música nacida en la rama protestante. Y el vasto imperio español se eleva con el canto, sacro o profano, y la guitarra. El presente programa es una muestra maravillosa de esto.
En España se cantaba, eso es obvio, pero un elemento muy particular se vive con los llamados cancioneros. Sí, cancioneros, como esos que usted y yo podíamos comprar en kioscos con los temas de moda o las antiguas canciones de nuestros padres. Si bien estas eran piezas únicas y bastante lujosas, la función era muy parecida: una recopilación de obras con textos amorosos, que servían tanto para coleccionar como para cantar. Eran poemas que seguramente hacían eco en los tiernos romances y también apasionados cahuines de corte. Había piezas humorísticas que servían para aliviar y divertir y otras eran un verdadero himno al amor, pero, tal como las mejores y más populares canciones pop en castellano, el desamor era más popular que el amor feliz. Si hubieran existido audífonos y largos viajes en bus, cualquier cortesano hispano seguro que reproducía un par de temas y se alejaba del palacio con el masoquismo vivo. En cuanto a la forma y estructura, por un lado teníamos las escritas para varias voces de manera coral, generalmente sin instrumentos, aunque podían seguir la línea del bajo y duplicar voces, y también las de una voz sola con acompañamiento de algún instrumento. La forma más española era la de alternar coplas de letras diferentes (estrofas) con un estribillo de la misma letra siempre. Sí, es la misma forma que habitual en una canción pop de la radio. Fue solo con la llegada del siglo XVIII y la nueva casa reinante, la Borbón, que la música española se italianizó y empezó a componer “modernamente” para el canto. Es decir, siempre con instrumentos de continuo y prefiriendo el recitativo y el aria da capo.
En el concierto de hoy también tendremos afamados ejemplos del repertorio de vihuela y guitarra, que así mismo contaba con publicaciones tanto para gloria de los compositores como para solaz de quienes querían ampliar su repertorio. Tenemos nombres célebres del siglo XVI: Francisco Guerrero, sacerdote y uno de los más grandes compositores de música vocal sacra de España, aunque tocó diversas temáticas profanas; Luys de Narváez, afamado en su tiempo, que trabajó para el rey Felipe II y es autor de los mejores ejemplos de escritura polifónica para vihuela y también para voces del siglo XVI; Juan Vázquez, gran compositor de obras vocales profanas, con prestigio y renombre en Andalucía; Mateo Flecha, que con sus famosas “ensaladas” para voces hace despliegue de humor y genio compositivo; y Enrique de Valderrábano, que en 1547 publicó su magna obra para vihuela Silva de Sirenas. De allí pasamos al siglo XVII y su gusto por las danzas de moda: aquí desfilan Juan de Arañés (¡qué impulso vital tiene su famosa Chacona a la vida buena!), José Marín (gran cantante y compositor de tormentosa vida, autor de las mejores canciones a una voz de la España del siglo XVII) y finalizamos con el gran guitarrista y compositor para guitarra Santiago de Murcia, que nos deja en las puertas del siglo XVIII.
Un par de obras de compositores extranjeros publicadas en España o que la homenajean nos hablan de la capital importancia política y cultural del Imperio Español por entonces. Sin embargo, la música tiene la bondad de hacernos más cortos los siglos y hermanarnos con los sentires y preocupaciones de los seres humanos de distintas eras. Seguro que el Din dirin din le alegra el ánimo, el Sarao de la Chacona le hace imaginar alguna coreografía y afirmo sin temor que la tristeza de los Ojos de Marín no le temen a la mejor balada del amor triste de los ‘80.
Gonzalo Cuadra
Músico e investigador