La “Sinfonía n°104”, la última compuesta por el austríaco conocido justamente por ser “el padre de la sinfonía” será la pieza central del concierto del 14 de agosto en el Centro Cultural de Puente Alto, comuna que los músicos visitan por primera vez dentro de su programa de itinerancias por la Región Metropolitana. Dirigida por David del Pino, la orquesta interpretará también “Danzas Populares Rumanas” del húngaro Béla Bártok.

El momento exacto en el que Béla Bártok (1881-1945) vio en la música originaria de su Hungría natal una fuente inagotable de inspiración es imposible de precisar, sin embargo la mayoría de los estudiosos tienden a fijarlo en el verano de 1904, cuando el músico escuchó a la joven niñera Lidi Dósa de Kibéd (Transilvania), cantar canciones folclóricas a los niños que cuidaba. Según la historia fue ese accidental encuentro el que le abrió los oídos hacia una riqueza musical campesina mucho más allá de la ornamentación gitana y decidió ir tras sus pasos. Hoy Béla Bártok es considerado el “padre” de la etnología musical y su contribución no se limitó sólo a la recopilación de la música folclórica en toda Europa del Este, sino que incluyó la composición de nuevas piezas provenientes de esas canciones originales.

Una de las más representativas es “Danzas Populares Rumanas” (1915), pieza compuesta por seis movimientos y de sólo seis minutos de duración, que será interpretada por la Orquesta Clásica Usach para dar inicio a su concierto del 14 de agosto, a las 19.30 horas, en el Centro Cultural de Puente Alto, con dirección de David del Pino Klinge. Este será el debut de los músicos en esa comuna, como parte del programa de itinerancias por la Región Metropolitana que es apoyada por el Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, bajo el proyecto Fondart de “Apoyo a Orquestas Profesionales” y que tiene como objetivo de masificar la música clásica.

La obra está basada en la recopilación que Bártok hiciese durante 1909 y 1913 de la música folclórica rumana, animado por su amigo y maestro de la zona de Belényes/Beuys, János Buşiţia, a quien le dedicó su partitura y que recoge específicamente seis danzas. Estas son: Jocul cu Bata (Danza del bastón) obtenida de dos gitanos –un violinista y un violista popular– en Mezőszabad / Voiniceni; Brâul (Danza en ruedo) y Pe loc (Pisando), danza de pareja, de un gaitero de Egres / Igriş; Buciumeana (Danza de Bucium), con un tiempo de tres por cuatro, de un violinista gitano en Bucsony / Bucium; Poarga Românească(Polka rumana) de un violinista rumano en Belényes / Beiuş, al igual que Mărunţelul (Pasos cortos), danza rápida de pareja.

La última sinfonía de Haydn

Reconocido entre los máximos exponentes del periodo clásico, Joseph Haydn (1732-1809) fue un innovador que hizo contribuciones definitivas a la diversidad de las composiciones de la época, transformándose en el “padre de la sinfonía” y el “padre del cuarteto de cuerdas”, además de trabajar en el desarrollo instrumental del trío con piano y en la evolución de la sonata. Influyó a grandes músicos como Mozart y Beethoven y cuando murió era simplemente considerado uno de los compositores más célebres de toda Europa.

La Orquesta Clásica Usach revisita la que fue su última sinfonía, la número 104 de toda su producción y la 11va entre las que creó estando en Inglaterra, conocida de hecho como Sinfonía de Londres. Compuesta durante su segunda gira a esa ciudad, Haydn estrenó la pieza el 4 de mayo de 1795 en el King’s Theatre y cuando terminó el concierto escribió en su diario: «La gente estuvo muy complacida, y también lo estuve yo. Me gané 4.000 gulden esa noche. Una cosa así solo ocurre en Inglaterra».

Según el teórico estadounidense y estudioso de la obra de Haydn, Charles Rosen, el músico desarrolló en la década de 1790 un “estilo popular”, estimulado justamente por sus viajes a Inglaterra. Quizás fue la experiencia acumulada que afinó su radar para encontrar a los públicos apropiados donde introducir sus obras, pero lo cierto es que en estos años su Haydn gozo de un éxito y apoyo popular sin precedentes. Lo que según Rosen incluye las doce sinfonías compuestas en Londres, los últimos cuartetos y tríos para piano y sus dos últimos oratorios.

Para David del Pino, quien dirigirá en esta ocasión a la Orquesta Clásica Usach: “Esta sinfonía cierra definitivamente un ciclo para Haydn, está llena de elementos del romanticismo y su sonido es mucho más de avanzada. En el tercer movimiento además está muy presente el folklore austríaco, que fue una de las inspiraciones importante de Haydn. Este movimiento se oye como una danza campesina y es así como la tocamos nosotros, como si fuese una fiesta de campo”.

Texto: Denisse Espinoza.

Concierto de Extensión en Puente Alto
Orquesta Clásica U. de Santiago
14 de agosto, a las 19:30 horas
Centro Cultural Puente Alto
Av. Eyzaguirre 02115, Puente Alto.
Entrada liberada/ *ENTRADAS AGOTADAS*
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