El director del Coro Sinfónico Usach habla sobre el homenaje a la Nueva Canción Chilena que el elenco presentará el miércoles 27 de septiembre en el Teatro Aula Magna, centrado en creaciones de Luis Advis, Sergio Ortega y Patricio Manns.

Andrés Bahamondes. Foto: Gary Go.

¿Cómo puede un coro hacerle justicia a un movimiento que lleva el canto impreso hasta en su nombre? Andrés Bahamondes, director del Coro Sinfónico Usach, encontró la respuesta en el repertorio de una trilogía de nombres fundamentales para la Nueva Canción Chilena: Luis Advis (1935-2004), Sergio Ortega (1938-2003) y Patricio Manns (1937-2021).

Concentrado en sus creaciones -y unas cuantas adiciones- elaboró el programa de Homenaje a la Nueva Canción Chilena, el concierto que el Coro Sinfónico Usach ofrecerá este miércoles 27 de septiembre (19:30 hrs.) en el Teatro Aula Magna Usach. Así, el elenco pretende dar cuenta de uno de los repertorios más ricos de la música chilena, fruto de un flujo creativo que surgió a mediados de los ‘60, tuvo su esplendor durante la Unidad Popular y se proyectó hacia el mundo, golpe, dictadura y exilio mediante.

La presentación forma parte del programa de actividades musicales que la Universidad de Santiago de Chile ha desarrollado para conmemorar los 50 años del golpe de Estado en Chile, que ha contemplado una serie de conciertos en el mismo escenario. Esa circunstancia, de hecho, fue un pie forzado para el Coro Sinfónico al momento de escoger el repertorio: como ya hubo dos conciertos en que Víctor Jara fue protagonista, había que mirar hacia otros cancioneros.

Teníamos que ‘descartar’ a Víctor Jara, cosa que resulta dolorosa, pero es cierto que llevamos toda la vida cantando sus canciones y vamos a seguir haciéndolo. Como un pequeño gesto para decir que está presente, vamos a hacer un par de instrumentales y ese va a ser nuestro saludo al querido Víctor Jara”, explica Andrés Bahamondes.

De esta manera, el concierto estará basado en las composiciones de Advis, Ortega y Manns, postales también de tres momentos históricos: “Primero, la llegada de la Unidad Popular, con todo lo que significó y, específicamente, lo que significó en la Universidad Técnica del Estado (UTE), la actual Usach. Por eso vamos a partir cantando el himno de la UTE”, relata el director del Coro Sinfónico. “Por todo lo que significó la UP, principalmente la esperanza que generó en el pueblo, el clima de justicia social y todo lo que vino ahí, echamos un ojo al Canto al programa y ahí hay dos verdaderos himnos: “Venceremos” y la “Canción del poder popular”, que es la que escogimos”.

“El segundo momento tiene que ver directamente con las víctimas del genocidio y la música que se hizo como homenaje a ellas. El tercer momento es el exilio y el retorno y ahí escogimos un par de canciones relacionadas específicamente con eso”, continúa.

El pasado 30 de agosto fue la última actuación del Coro Sinfónico Usach, junto a la Orquesta Usach. Foto: Mila Belén.

Según Andrés Bahamondes, “Luis Advis tenía que estar, porque fue uno de los artífices de la Nueva Canción Chilena. Al igual que él, Sergio Ortega también estuvo muy presente en el espíritu de la Nueva Canción Chilena, al recoger ritmos latinoamericanos y fusionarlos, con esta idea de Latinoamérica unida en un solo color musical y artístico. Los dos tenían sus pies bien puestos en la academia, como grandes profesores y compositores, y eso también nos genera un vínculo como Coro Sinfónico. Por eso vamos a cantar obras que tienen una patita en ambos mundos, como el Canto para una semilla y la ópera Fulgor y muerte de Joaquín Murieta”.

“Por último, Patricio Manns retrata muy bien el tema del exilio y retorno. Su poesía nos parece viva, es increíble y muy original para ser musicalizada. Tocó la casualidad de que las tres canciones que elegimos pertenecen a su dupla creativa con Horacio Salinas y una de ellas, ‘La muerte no va conmigo’, no es tan conocida. Eso nos interesó también”, agrega.

Profundicemos en cada uno de los compositores. ¿Cómo caracterizas a Luis Advis?

Creo que su principal aporte es que no tuvo ningún miedo al incorporar fuertemente los conceptos académicos en el mundo latinoamericano. Desde la Cantata Santa María de Iquique en adelante, intervino no solo en la composición, sino también en los intérpretes. En ese momento llegó a chasconear en sus conceptos a Quilapayún, para que lograran esta fusión y realmente hicieran una cantata, con el concepto histórico que eso implica. De este modo, trascendió al tiempo. No tuvo ningún susto en emparejar el mundo de la música popular, volverlo académico desde la composición, y eso también fue un gran aporte para deselitizar lo académico. Hasta hoy persiste la idea de que la música académica pertenece a una élite, cuando perfectamente pueden convivir y generar música muy especial.

¿Y Sergio Ortega?

Me parece que su principal valor está en el compromiso. Él no concebía la música sin orientación política, sin compromiso social, que es algo que yo suscribo. Creo que el arte es un acto político, siempre lo es. Con esto no quiero decir que sea un acto partidista, aunque Ortega sí era muy comprometido con el Partido Comunista y por eso trabajó en la cantidad de himnos que hizo, también para partidos políticos.

En ese sentido, es distinto a Luis Advis.

Absolutamente. Advis no era partidista, pero no por eso era menos comprometido. El hecho de que haya trabajado en el Canto al programa con Julio Rojas, que sí era muy comprometido, muestra que no le hacía asco a esto, pero no era partidista en su trabajo específico. Me parece que ese también es un valor propio de la UP: poner tu trabajo al servicio de una causa. Es como decía el propio Víctor Jara, que no era un artista sino un obrero de la música. Ahí hay un valor y como herederos de la UTE vale la pena rescatarlo.

 

Finalmente, ¿cómo caracterizas a Patricio Manns?

Manns es pura poesía, incluso más que música. ¡Qué tremendo poeta! Hasta el final estuvo produciendo mucho material. Qué tremendo músico también, porque su poesía es infinitamente fácil de musicalizar. Al declamarla ya se canta. Es una poesía muy inteligente también.

¿En qué sentido?

Es muy astuta para decir cosas importantes con metáforas y analogías muy cotidianas y cercanas. Recuerdo cuando trabajamos con el Coro Sinfónico en la lectura de “El equipaje del destierro”: eran ocho estrofas y es una locura la cantidad de cosas lindas que dice. A veces es irónico, a veces chispeante, pero es de una belleza técnica realmente impresionante, desde lo poético y desde el punto de vista de la musicalidad. Da la impresión de que toda su poesía se puede cantar de mil formas distintas. Creo que debería ser un poeta mucho más musicalizado en el futuro. Hasta su prosa me parece cantable, hay mucha musicalidad en su manera de escribir y es una poesía que rápidamente se vuelve muy cercana. Uno la escucha, la canta, la declama y tiene sentido muy fácilmente.

50 años después, ¿cómo se interpretan los grandes himnos de la UP? Estoy pensando en cómo cambió el sentido de esas canciones, épicas y esperanzadas, después de un golpe de Estado y una dictadura brutal.

Como director, trato de verlo como un momento histórico y buscar el sentido de su momento específico. Por ejemplo, pienso en la “Canción del poder popular”. No sé qué tan lindo sea hoy decir algunas de las cosas que están en el texto, como “con la Unidad Popular ahora somos gobierno”, considerando la discusión que ha habido sobre el valor de la UP y la relativización de las atrocidades del golpe. Por otro lado, también creo que es valiente llegar y cantar esta música…

Por eso también te lo pregunto.

Claro, pero con el Coro tratamos de verlo como la presentación de un momento histórico, no estamos necesariamente abanderados. Varios sí podemos estarlo, pero hay gente del Coro que es más neutral y es capaz de visualizar esto como un documento histórico, como revisitar la historia, tal como lo haríamos con Bach. Como intérpretes, estamos acostumbrados a esto. No por cantar música de Bach nos volvemos todos luteranos. No por cantar obras de Fauré, los integrantes evangélicos del coro se vuelven profundamente católicos. Somos intérpretes, nos ponemos en un rol y en este concierto nuestro rol es visitar este espacio histórico.

 

En ese sentido, ¿no es muy distinto cantar música barroca entonces?

No, estamos tratando de mostrar un momento histórico y cómo eran las cosas para la gente que vivió ese sentir, que no era poca. Cuando Salvador Allende llegó al poder y se proclamó el ideario de la UP, no fue poca gente la que lo suscribió. Vamos a tratar de reflejar eso en el concierto, el color de la época.

Considerando eso, ¿cómo se preparó este programa? ¿Hubo algún tipo de tensión en el Coro?

Cuando escogimos el repertorio, vi música muy comprometida con una idea política y me pareció de toda justicia decirle a los y las cantantes que no era obligación que cantaran. Es decir, que se sumara quien quisiera, porque no quería que nadie se sintiera comprometido con algo si no se sentía bien. A propósito de esto, recuerdo una anécdota del Coro Bellas Artes que dirigía Víctor Alarcón. Durante el gobierno de Ricardo Lagos cantamos mucho en La Moneda, mucho, cuando había visitas de presidentes y reyes de todo el mundo. Una vez Víctor nos dijo que nos convocaban para cantarle a George W. Bush, nos preguntó, y el Coro se negó casi al unísono. Eso podría haber generado una gran tensión con La Moneda, pero no pasó. Hubo un respeto a la institución coral y creo que ahora nos pasó algo similar: cuando les dije que podían no cantar si es que no querían, casi el cien por ciento respondió que iba a hacerlo porque hay una institución, la Usach, que nos cobija y nos da la posibilidad de participar de un elenco artístico. Es decir, que es nuestra labor y aunque no nos sintamos tan comprometidos con el programa, sí nos sentimos comprometidos con el Coro y la institución. Fue grato tener ese nivel de compromiso.

También habla de la diversidad del Coro Sinfónico, ¿no?

Claro, hay diversidad de ideas. Jamás le hemos dicho a alguien que no puede ser parte del Coro porque piensa de tal o cual forma. Lo que decimos es: esto es lo que somos, esto es lo que solemos cantar y esta es la institución en la que estamos, que tiene una historia muy particular. Por lo mismo, hace un año y medio que empecé a contarle a la gente la historia de la UTE con el golpe. Tenemos integrantes extranjeros que no tienen porqué saber lo que se vivió. Hablamos sobre quién es Joaquín Murieta, por ejemplo. Es decir, también estamos contando la historia de nuestro país para nuestros propios cantantes. El Coro Sinfónico Usach siempre ha sido muy heterogéneo, también en edades. Tenemos gente que supera escasamente los 20 años y otra que se empina por los 70. Es decir, hay gente que vivió el golpe, gente -como yo- que no vivió el golpe pero sí la dictadura, y gente que ni siquiera experimentó eso, así que todo lo conoce a través de la historia.

 

Rodrigo Alarcón L. – 25/09/2023

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